Borrar
Tioumentsev se dispone a lanzar, defendido por Cuartero.
Bajo el guión establecido
DEPORTES LA RIOJA

Bajo el guión establecido

El Naturhouse supera al Torrevieja en un duelo trabado en el que la calidad se impuso

JOSÉ L. MARTÍNEZ

Sábado, 13 de febrero 2010, 03:28

La diferencia clasificatoria hay que demostrarla sobre el parqué. El Naturhouse lucha por un puesto europeo y el Torrevieja trata de prorrogar su estancia en Asobal. La calidad, al fin y al cabo, determina las victorias y ayer los riojanos tiraron de oficio para sobreponerse a sus problemas de ataque y a una dura defensa durante la primera mitad. Que hay cosas que pulir es evidente, sobre todo teniendo en cuenta que el martes llega el Valladolid y contra los pucelanos no se pueden conceder tantas opciones. Vencer, por vez primera en el Palacio a los alicantinos, era lo lógico si este equipo quiere seguir creciendo.

El Naturhouse comenzó el partido como una pastilla efervescente. Con mucha chispa, efectividad, velocidad y un ritmo superior al de su rival. Las burbujas hacían su efecto y el Torrevieja llegaba siempre tarde en defensa, mientras que en ataque estaba colapsado ante una defensa aguerrida que no permitía lanzamientos con claridad. El marcador hacía justicia a lo que se veía sobre la pista. El 6-1 a los diez minutos era un síntoma de que algo fallaba en los visitantes.

Manolo Laguna, todo un veterano en estas lides, estuvo raudo. Sacó a pasear la cartulina verde y arengó a los suyos. ¿Cómo? La respuesta fue directa. Demasiado. Tranquilidad con la pelota entre las manos y dureza, mucha dureza, cuando los riojanos buscaran la portería de Pejanovic. En ese momento, el Naturhouse se fue diluyendo. Lentamente. Casi sin darse cuenta. La ventaja inicial era un espejismo con un parcial visitante de 0-4 en cuatro minutos. Visto y no visto.

Cuartero, atento para salir al contragolpe, sacaba rendimiento a la agresividad impuesta en el centro de la defensa del Torrevieja. Alberto Val, Borja Fernández y Juanpe Jiménez dieron un recital de cómo sobrevivir gracias al trabajo sucio. Empujones constantes, agarrones, inmovilizaciones más propias de otros deportes... todo valía para sacar de sus casillas a los hombres de un desquiciado Jota González cuando los colegiados permitían acciones ilegales y cuando a sus pupilos se les caían los balones de las manos o no eran capaces de recobrar la velocidad inicial.

El Torrevieja seguía a lo suyo y le daba resultado porque ni Vigo ni Tioumentsev (errático y precipitado en el lanzamiento) ni Velasco (que acusa la falta de rodaje) acertaban a cambiar la inercia. Y ahí se manejaba con astucia el conjunto alicantino. Alberto Val, en su única incursión ofensiva, empataba a nueve ante el asombro de la grada y Rochel, desde la distancia, establecía las tablas a la media hora. Vuelta a empezar.

El descanso le sentó bien al Naturhouse. Necesitaba una tregua para reflexionar sobre lo que estaba sucediendo. Dejarse llevar no conducía a nada. Es más, estaba siendo peligroso porque se podía jugar con fuego. Sea como fuere, el caso es que los franjivinos recuperaron las sensaciones. Retorno a la señas de identidad que tan buenos resultados le han dado: intensidad en su campo y rapidez en las transiciones. Juego alegre y divertido. El 4-0 devolvía una renta cómoda para los locales. Sin embargo, Novelle quería reivindicarse, a la vez que animar a los suyos, ante el que fuera su público, con dos tantos lejanos de gran mérito.

Juárez e Isaías

Pero ahora el Naturhouse había aprendido de los errores cometidos, aunque ofrecía muestras de que el balonmano que le gusta a Jota aún no ha llegado en su mejor versión. Por el momento, no se dejó llevar por la pausa y el excesivo control. Una buena señal de que este equipo ha madurado (¿síntoma de club con aspiraciones?). El ataque ahora sí que funcionaba con regularidad. Juárez se erigía en el referente aunque Isaías le tomó el relevo con gran eficacia en la segunda mitad (cinco de cinco hasta los minutos finales).

La diferencia (20-15, 24-20) era suficiente para que el Naturhouse fuera dosificando sus piezas (Ales Silva sufrió un pinchazo durante el calentamiento y no pudo entrar en la rotación). Se acusó cierta relajación mientras que las prisas llegaban al Torrevieja. Un parcial de 0-4 (26-24) ofrecía dudas. Pero Romero, en inferioridad, y Juárez sentenciaron la contienda con más problemas de los deseados. Quizá los próximos compromisos (Valladolid y doble enfrentamiento en la Copa EHF) pesaran en la mente del colectivo.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo Bajo el guión establecido