«Vivir el comienzo fue gratificante», recuerda Urbano Espinosa

Pedro Campos fue el primer rector de la Universidad de La Rioja, puesto que ostentó hasta 1994. «Aquel fue un momento político complicado, en el que cualquier acción se politizaba. Me encontré con mi primer puesto de gestión universitaria de alto nivel y pronto me percaté de la importancia del problema económico existente», recuerda.

«Las expectativas no eran nada boyantes, no me esperaba este crecimiento», asegura. Sobre todo, tras el despoblamiento inicial. «Muchos profesores volvieron a Zaragoza, adonde pertenecían a través del antiguo Colegio Universitario. Fueron años difíciles y, para una universidad pequeña, aún más», indica. Este catedrático de Química Orgánica continúa en la Universidad, donde se reparte entre la docencia y la investigación. «La UR ha sido muy importante para la región y es necesario que siga creciendo», advierte.

A Campos le sucedió como rector Urbano Espinosa, vicerrector de la Comisión Gestora hasta 1994. «Pertenecía al antiguo Colegio, por lo que estuve muy implicado en el proceso de creación», indica. Ya como rector (1994-2001) vivió la etapa de mayor crecimiento. «Había muchas cosas que hacer: adaptaciones a planes de estudios, selectividades. infraestructuras, etc. Pero fue apasionante poder vivir ese comienzo y una experiencia personal gratificante, a pesar del esfuerzo», afirma.

Este catedrático de Historia Antigua, también dedicado a la docencia y la investigación, opina que «ahora existe un campus definido, se han consolidado las enseñanzas, desarrollado las plantillas y la proyección social de la UR; un activo de primer orden para La Rioja».

José Martínez Pisón, actual rector, rememora «a ilusión» con que empezó a trabajar en la Facultad de Derecho hace quince años, «tras la cesión de competencias» y espera que la Universidad «siga expandiéndose y desarrollándose como hasta ahora, gracias al trabajo de todo el mundo».