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DAVID S. OLABARRI
Martes, 23 de enero 2007, 03:23
Parecía olvidado. Un mal recuerdo de una época superada. Pero lo cierto es que el cielo se ha vuelto a nublar para Sergio Aragoneses. Apenas un año después de creer haber superado un cáncer, de someterse a una operación quirúrgica para eliminar un tumor testicular, este portero gallego de casi 30 años ha visto cómo una revisión médica rutinaria destapaba las peor de las previsiones. La enfermedad que creía sanada ha vuelto. En principio, los médicos estiman que su vida no corre peligro, aunque esta vez no ha podido esquivar las sesiones de quimioterapia que inició ayer mismo en la Unidad de Oncología del Hospital de Elche y que le mantendrán alejado de los terrenos de juego por un periodo de tiempo indeterminado.
Aragoneses, sin embargo, no cede al desaliento. Es consciente de la gravedad del asunto, de que tendrá que atravesar un proceso largo y tortuoso antes de volver a pensar en defender la portería del Hércules. Pero hasta ayer eso era lo que menos le preocupaba. Sendoa Aguirre, ex jugador del Athletic -llegó a jugar el partido ante Brasil en el año del centenario rojiblanco- y compañero de Aragoneses en el equipo alicantino, recuerda con asombro la entereza mostrada por el portero cuando conoció su recaída. «Parecía que no le pasaba nada. Estaba como siempre: alegre y bromista, como si no tuviese ninguna enfermedad grave. Me imagino que el sufrimiento lo llevará por dentro, pero con nosotros ha estado igual que siempre», explica el futbolista de Erandio.
«Fase inicial»
De hecho, el jugador gallego supo hace dos semanas que el cáncer se le había reproducido. Sabía que en esta ocasión -a pesar de que la enfermedad ha sido descubierta en su «fase inicial» y de que «prácticamente hay un cien por cien de posibilidades de que se recupere», según Javier Subirats, director deportivo del Hércules-, no podría escapar al tratamiento de quimioterapia y que, en este sentido, el proceso de recuperación iba a ser mucho más largo que el que soportó hace año y medio, cuando le bastaron 45 días para volver a enfundarse los guantes. Aún así, Aragoneses aparcó por unos días la peor adversidad que ha sufrido en su vida y, por el bien del grupo, tomó la decisión de jugar ante la Ponferradina y también el determinante encuentro del pasado fin de semana ante el Elche, el equipo en el que hace dos años se le detectó por primera vez el tumor.
El Hércules perdió y el portero, que tiene otra temporada más de contrato, se despidió temporalmente de sus compañeros. Sendoa explica que, en ese momento, en el vestuario herculano se extendió la sensación de que habían perdido a un gran guardameta para el resto de la campaña. De hecho, después de una serie de temporadas en las que no terminaba de asentarse en ningún equipo, Aragoneses había conseguido mantener la portería a cero en cuatro de sus seis últimos partidos. «Estaba en un momento increíble. Sergio tiene unas condiciones muy buenas, de Primera División, pero además estaba haciendo unos partidos buenísimos. Creo que le estaban siguiendo varios equipos de Primera», apunta el ex rojiblanco, que ha empezado a entrar en las alineaciones en las últimas semanas.
Con todo, Sendoa se apresura a señalar que lo prioritario no es el momento de forma en el que se encontraba el guardameta. Ni tampoco el indeterminado plazo de recuperación. Sino que, ahora mismo, lo fundamental es apoyarle en todo lo posible. De la misma forma que él les ha apoyado saltando al terreno de juego cuando el cuerpo le pedía lo contrario. «El fútbol ahora pasa a un segundo plano. Lo más importante es Sergio. Hay que ayudarle en todo lo que podamos». d.s.olabarri@diario-elcorreo.com
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