Borrar
El arqueólogo Carlos López de Calle y el concejal Conrado Escobar, esta semana, en las excavaciones. / FOTOS : R. LAFUENTE Y C. L. DE CALLE
La muralla de Logroño reaparece en las excavaciones de la calle Barriocepo
LA RIOJA

La muralla de Logroño reaparece en las excavaciones de la calle Barriocepo

Su primer esbozo data del siglo XVI y su presencia histórica condicionará los planes urbanísticos previstos en el Casco Antiguo Asoman sus sillerías, deformadas por la humedad, pero en pie

MARÍA CARO

Domingo, 12 de noviembre 2006, 03:53

La transformación del Casco Antiguo de Logroño también pasa por la recuperación de elementos olvidados de la ciudad. Las intervenciones realizadas a raíz de la exposición 'La Rioja Tierra Abierta' dejan al descubierto, una vez más, un resquicio de historia. La muralla vuelve a aparecer, esta vez es en la calle Barriocepo donde, tímidamente, asoman sus sillerías deformadas por la humedad, pero en pie, y víctimas de posteriores transformaciones dispuestas por antiguos residentes de viviendas que se iban agolpando junto a ella en busca de solidez. Los arqueólogos encargados del proyecto, Carlos López de Calle y Juan Manuel Tudanca, ya sabían que su tarea de actuación en la zona para la futura exposición arrojaría más luz sobre el Logroño de antes.

Según Conrado Escobar, concejal responsable del Programa Especial del Centro Histórico, el Camino de Santiago a su paso por el Casco Antiguo será una de las zonas adyacentes a la ruta trazada para la exposición, en la que también se centrará la actividad de embellecimiento que ya ha comenzado. Dentro de la exposición 'La Rioja Tierra Abierta', precisó Escobar, la intervención que se pueda llevar a cabo respetará este tramo de muralla. «Es lo más razonable, ya que se encuentra en un sitio emblemático. Además, forma parte de la historia de la ciudad, por lo que es importante que perdure», explica.

El descubrimiento de sillería inicial en su base, su proximidad a la vivienda de un inquisidor y la aparición de una bodega en el bajo hacen del hallazgo un elemento de importancia en el estudio de la historia del barrio. El trabajo, como reconoce el arqueólogo, ha sido muy complicado, ya que sobre ella había multitud de edificaciones posteriores que ha sido necesario desmontar.

La muralla llegó a estorbar a los pobladores de la ciudad, por lo que comenzaron a construir utilizándola como apoyo. Los añadidos posteriores son un intento por conservarla en pie. Su presencia nos cuenta que, en el siglo XIX, la población demandaba pasos a través de ellas, por lo que se encuentra horadada en muchos tramos. Otro de los motivos es que comenzaron a levantar edificios junto a ella, y se vieron obligados a abrir ventanas, así como distintos accesos.

Casa del inquisidor

En los restos de muralla se puede apreciar lo que fue una fachada del edificio, motivo por el cual construyeron unas escaleras de acceso, que tratan de unir la parte externa con la interior de la muralla. Era la entrada de la vivienda, según explica López de Calle, y por ello la muralla se fue horadando con los años.

Por otro lado, la casa del inquisidor, en actual ruina técnica, se encuentra todavía en fase de estudio, según el técnico, aunque las condiciones que presenta hacen temer por su estabilidad. «Una vez estudiada su situación exhaustivamente, se podrá decidir acerca de su futuro», concreta Escobar.

«Antiguamente se encontraba totalmente cubierta y con una estructura superior», comenta el arqueólogo. «Según algunas referencias documentales, añade, aquí se encontraba un pajar, aunque es difícil concretar sus propietarios, ya que este edificio no aparecía censado en el catastro de Marqués de la Ensenada».

«Teóricamente, añadió Conrado Escobar, la muralla discurre bajo los edificios». En siglos anteriores, la muralla presentaba una altura mucho más pronunciada que la que hoy se puede apreciar. El motivo es el paulatino ascenso de suelo.

Posteriores descubrimientos han ido cambiando los trazos fundamentales de los Planes: «Nosotros, tras el abandono del inicial proyecto del Plan Especial de Reforma Interior (PERI), nos planteamos que al menos un resto de muralla permaneciese como testimonio de lo que ha supuesto para la ciudad. Todo ello, dentro de una intervención respetuosa y que no comprometa posibles actuaciones futuras».

Para este enclave, y tras el hallazgo, el concejal comenta que la intención es espaciar la zona y adecentarla, comenzando por una iluminación adecuada enfocada hacia la muralla y la inclusión de algún banco para convertirlo en un atractivo rincón.

Por otro lado, también precisó que, aunque se estudiará el conjunto histórico del cinturón, no se intervendrá en las viviendas colindantes.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo La muralla de Logroño reaparece en las excavaciones de la calle Barriocepo