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LA FOZ DE LUMBIER. El río Irati ha cavado un impresionante cañón en las calizas de la sierra de Leyre. / EL CORREO
La Foz de Lumbier
SOCIEDAD

La Foz de Lumbier

La antigua Ilumberri de los vascones, luego romana, se extiende a los pies de los Pirineos, en la confluencia de los ríos que bajan de Aezkoa y Salazar

ÍÑIGO MUÑOYERRO i.munoyerro@diario-elcorreo.com

Viernes, 20 de octubre 2006, 13:56

Lumbier apiña su casco urbano sobre el vado de los ríos Irati y Salazar, a medio camino entre los valles pirenaicos y las tierras aragonesas de Yesa y Sos. Hemos llegado a la vieja Ilumberri de los vascones, ya citada por Plinio como tributaria de Roma (siglo II). Pocos vestigios quedan de aquella época salvo un mosaico y los restos de la muralla romana (siglo II). Se sabe que en el siglo X gobernaba la reina Endregoto Galíndez. También fue encrucijada de dos caminos jacobeos.

1. El cañón de Lumbier

Lumbier cuenta desde 1987 con tres reservas naturales: La Foz de Lumbier, la Foz de Arbayún y los Acantilados de la Piedra y San Adrián. Las dos foces están incluidas en la Zona de Especial Protección para las Aves.

El cañón de Lumbier es profundo y estrecho. La garganta es fruto de la erosión del río Irati a lo largo de millones de años. Tiene un longitud de algo más de un km. con paredes verticales de 120 metros. La recorre en toda su longitud una pista, resto del desmantelado ferrocarril 'El Irati', ahora reconvertido en vía verde. Fue un ferrocarril eléctrico que unía Pamplona con Aoiz y Sangüesa, trazado para explotar los bosques del valle de Salazar. Las obras duraron de 1908 a 1911 y se puso en marcha un tramo de 58 km. que funcionó hasta 1955.

2. Colonia de buitres

Se puede recorrer esta pista en un paseo que se puede alargar por un sendero local de unos 5,5 km. En la entrada de la Foz hay un centro de acogida de visitantes, con aparcamiento vigilado, paneles informativos y un área recreativa.

El paseo impresiona. La vegetación es exuberante y el espectáculo de las aves, especialmente buitres, único. Además de buitres, veremos alimoches, águilas, cuervos, halcones, vencejos, palomas....

3. El puente del diablo

Lo más divertido del paseo son los dos túneles, uno de ellos largo y oscuro, casi al final del recorrido que termina en el espectacular Puente del Diablo. Los restos del este paso sobre el abismo del Irati desafían al vértigo. El puente, románico, fue volado por los franceses en la Guerra de Independencia (1812).

La visita se puede prolongar a los Acantilados de la Piedra y San Adrián al SE de Lumbier. En la Piedra destacan los arcos naturales, fruto de la erosión. Para disfrutar de las vistas se debe recorrer el sendero que sube hasta la ermita de la Trinidad.

4. El viejo Lumbier

El viejo Lumbier se apiña sobre una colina alrededor de la iglesia gótica de la Asunción. El casco urbano tiene un aire severo que anuncia el Pirineo. Sus casas de piedra muchas blasonadas a lo largo de la Calle Mayor. Alrededor se extiende un dédalo de calles encanchadas y en cuesta.

Destacan el Ayuntamiento (siglo XVI), reformado en 1870. Es el más antiguo de Navarra. Los palacios de Jaureguízar (siglo XV) y Antillón, barroco. Junto al convento de Sta. María Magdalena (abandonado) se abre la única puerta que queda en la muralla romana.

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