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Luna de miel a ciegas
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SOCIEDAD

Luna de miel a ciegas

El sueño de la presentadora es no trabajar y veranear en su casa de Marbella

LUISA IDOATE

Lunes, 31 de julio 2006, 02:00

Fue su verano perfecto. Ana García Lozano se casó el 16 de julio de 1995. «Y me fui de luna de miel sorpresa. Fue estupenda. Me la preparó mi marido sin que yo sospechase adónde iba». No sabía qué meter en la maleta. «Imaginaba que me daría el gusto de ir a una playita». Todos los familiares estaban conchabados. Su amiga Inés también estaba en el ajo y le ayudó con el equipaje. «Antes de la boda le pregunté a mi marido: ¿Adónde vas a llevarme, a Honolulu? Y le planté un beso». Hubo un silencio espeso. Un momento de horror. Sus padres intercambiaron miradas asustadas. «Se quedaron petrificados». El novio tranquilizó la situación. «Les explicó: 'No, no os preocupéis. Es algo que dice siempre, vayamos donde vayamos». Era cierto. «Yo se lo repetía muchas veces, en broma, a coña, porque me parecía muy exótico».

Fueron a Estados Unidos. Estuvieron en San Frascisco y Las Vegas. Lo mejor llegó en el aeropuerto de Los Ángeles. «Yo no conocía la continuación del viaje». Y así siguió hasta que su marido la colocó frente a una puerta de embarque. «Entonces me dijo: 'Ya puedes mirar'. ¿Y ví un letrero con el nombre de Honolulu! Víctor me estaba grabando en vídeo. Imagínate la cara de imbécil que se me quedó. ¿Por fín iba a ir a Hawai!». Entonces comprendió el susto de sus padres. «Como todo el mundo sabía que era secreto, ellos pensaron: ¿'Pero ya lo sabe?'».

Al llegar a Honolulu, el sueño chocó con la realidad. «La verdad es que me pareció un poco Benidorm; con todo lo bueno que tiene, porque yo he veraneado ahí muchas veces y le tengo mucho cariño». Pero lo que allí vio fueron playas atiborradas, el turístico Pearl Harbor y mucho coreano. «Luego conocimos a unos españoles con los que teníamos amigos comunes. Y nos llevaron a playas fabulosas. Todo cambió de plano, fue otra visita. Nos enseñaron los sitios más bonitos de la isla».

Ahora tiene otro sueño menos exótico. «Poder veranear, porque nuestra profesión reclama trabajar cuando los demás están de vacaciones». El año pasado le tocó en Canal Sur. Estuvo siete semanas en un hotel de Sevilla, separada de la familia. «Fue bastante tristón. El equipo era fenomenal y me hizo sentirme casi como en casa. Pero me faltaba mi gente». Le gusta Marbella. Su madre vive allí. «Ya sé que ahora es muy impopular hablar de Marbella, pero allí estoy de maravilla. Puedes estar 'petardeando', pero tambien puedes llevar una vida familiar de lo más sana». Y tomar el sol, que le da mucha energía. «Y encima es por prescripción facultativa: me va bien para el problema de psoriasis que tengo. ¿Qué más quiero!».

Le sigue gustando viajar. «Pero lo hago menos, porque tengo una niña de siete y un niño de nueve. Ahora mi verano ideal es estar con mis peques». Ana García Lozano no es de copas ni de ajetreo. «Me gusta salir a cenar con mi chico tranquilamente. Lejos del bullicio, el lío y el calor». Y también del frío: «Noruega y sitios así, para un rato». Siempre hay proyectos en el aire. «Pero no me como mucho el coco, tomo las cosas como vienen». En vacaciones dice sí al descanso y no el estrés. «Aunque mi móvil no es nada privado; lo tiene media Humanidad». No recomienda nada a nadie. «Que cada cual haga lo que le apetezca. Habrá quien diga. 'Yo no me llevo a la suegra ni para atrás'».

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