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Aduriz se lamenta tras una ocasión./ Ignacio Pérez
Una pesadilla recurrente
Athletic 1-2 atlético de madrid

Una pesadilla recurrente

El Atlético vuelve a tomar San Mamés y el Athletic desaprovecha una ocasión perfecta para apuntalar la Champions

IÑIGO CRESPO

Domingo, 30 de marzo 2014, 18:32

Durante meses, no parecía importar quién pisara el nuevo San Mamés para que se le resistiera la victoria. El Athletic ha conseguido reducir en su estadio al Barcelona, al que venció y desarboló su juego, al Madrid, que sacó un sufrido empate, e incluso al Atlético, a quien tuvo contra las cuerdas en la vuelta de la eliminatoria de Copa. Sólo el Espanyol había logrado profanar La Catedral en Liga, todo un hito y un pilar en el camino de los rojiblancos a la Champions. Ésa fue la sensación que rodeó la visita de los 'colchoneros' al feudo del conjunto de Valverde, que convirtieron a los de Simeone en un equipo anónimo durante los primeros minutos. Era un jaque al líder y a la Champions.

La derrota del Sevilla ante el Celta en Vigo anticipaba una gran noche en San Mamés. Lo certificó Muniain con una gran vaselina ante la fallida salida de Courtois tras un pase en largo de San José y un toque de Aduriz. No fue del todo una asistencia, pero sirvió lo suficiente para dar unos centímetros al navarro en la carrera contra el belga. El combate entre los dos conjuntos más combativos y enérgicos de la Liga tomaba color local, igual que en el duelo copero. Pero nadie saca más provecho a las grietas, los espacios y los despistes que el Atlético, que parece tener tomada la medida al Athletic y a La Catedral.

Diego Costa se siente más cómodo cuanto más se le pegue la zaga, cuanto más le increpe la grada y cuanto más al límite esté el encuentro. En ese lapso de tiempo en el que no había noticias del equipo de Simeone apareció Koke, que le envió un pase de cirujano al desmarque de Diego Costa. Pero Iraizoz estuvo más listo que el hispanobrasileño en el mano a mano. Oxígeno. No había motivos para perder la cabeza o los nervios. El marcador ayudaba, el quinto clasificado estaba a una distancia provisional de nueve puntos y llevaban la iniciativa.

Pero un error de Iturraspe desorientó el choque. El de Abadiño estrelló un pase en Koke. El Atlético no sabe lo que es perdonar, y ya lo hizo en su primera ocasión. Diego Costa recogió la pelota y, con una espectacular arrancada, dejó atrás a San José y batió a Iraizoz con un tanto de gran delantero. Puro olfato e instinto. Había que retomar el pulso y recobrar la esencia de las grandes remontadas de San Mamés. Los 'colchoneros', sin embargo, encontraron el mayor espaldarazo en el gol y estuvieron a punto de voltear el resultado en el minuto 34, cuando Raúl García falló de forma inexplicable un centro al segundo palo de Filipe. El Athletic debía dar un paso adelante y Susaeta rozó el segundo tanto al superar a Courtois en una nueva mala salida del meta y cabecear a escasos centímetros del palo.

Con un choque tan igualado, la expectación era máxima en la reanudación. Salir con un alto voltaje era imprescindible para no perder la cara al choque. Costa, de hecho, amenazó con su segundo gol en el primer minuto, pero su tiro salió demasiado cruzado. El delantero fue un tormento para la zaga rojiblanca, quebrada por sus continuos desmarques. incluso en el minuto 50 forzó un penalti sobre Laporte que el colegiado no señaló. De nuevo, aire. Y en la siguiente jugada, De Marcos se quedó solo ante Courtois y la mandó a las nubes. El partido era un no parar.

Y sólo diez minutos después de la reanudación, Koke, uno de los mejores del Atlético, recibió en la frontal, abrió a la izquierda a Filipe y culminó el centro del lateral en gol. Fue un golpe tremendo, pero los rojiblancos no desfallecieron y trataron de levantar de nuevo el choque. Pidieron penalti en una caída dudosa de Aduriz y gozaron de dos ocasiones claras. Sobre todo la que tuvo el guipuzcoano, con un cabezazo a escasos metros de la portería que Courtois repelió con una estirada felina. Tan sólo un minuto después, en el 81, Muniain buscó el empate con un disparo lejano que se marchó fuera por poco.

Ya con toda la artillería sobre el césped, con Guillermo y Toquero como revulsivos, el Athletic pidió una nueva pena máxima sobre el alavés. Era imposible romper el muro del Atlético. El choque tuvo un final desquiciante, frustrante para los de Valverde y para Laporte, que vio la segunda amarilla y acabó expulsado. Un tropiezo ante el Atlético podía entrar en los planes, pero escoció sobremanera porque se desaprovechó una ocasión fabulosa para dar un nuevo golpe a la Champions. Casi el definitivo.

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