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JOSÉ MANUEL NIEVES
Miércoles, 28 de agosto 2013, 11:09
El Gobierno de Estados Unidos está poniendo a punto un sistema de vigilancia revolucionario, que en los próximos años permitirá comparar en tiempo real lo que ven varias cámaras de vídeo con las bases de datos del FBI o la Policía. El resultado será un dispositivo capaz de 'escanear' multitudes enteras e identificar en ellas individuos a partir únicamente de sus rostros.
El proyecto, desarrollado por el departamento de Seguridad Interna de EE UU, responde a las siglas BOSS (Biometric Optical Surveillance System, o Sistema Óptico de Vigilancia Biométrica) y ha sido revelado por el diario 'The New York Times', que ha tenido acceso a documentos e investigadores relacionados con él.
Según el rotativo estadounidense, una primera versión del BOSS ya fue probada el pasado otoño, tras dos años de desarrollo. Y a pesar de que el sistema no está aún listo para su implantación, los investigadores aseguran haber realizado «avances significativos». Como era de esperar, la noticia ha suscitado las protestas de los defensores de la privacidad y los derechos civiles, que ven una nueva ocasión para exigir una legislación que regule y limite estos sistemas.
No es la primera vez que sucede algo parecido. Hace apenas un par de años, las autoridades estadounidenses probaron en varios aeropuertos un sistema capaz de 'leer' el lenguaje corporal de los viajeros a medida que pasaban por el escáner. Sudoración, dilatación de pupila, ritmo cardíaco, gestos y expresión facial... Se trataba entonces de 'adivinar' las malas intenciones de posibles malhechores y terroristas y de intervenir antes de que pudieran poner en práctica sus planes.
Listas de sospechosos
El sistema BOSS, de hecho, no es capaz de distinguir entre 'buenos' y 'malos' y se limita a reconocer e identificar rostros en una multitud, ya sean de culpables o de inocentes. Las autoridades estadounidenses llevan más de una década intentando desarrollar un sistema que les permita identificar los rostros de las personas presentes en un evento multitudinario y cruzarlos con una eventual lista de sospechosos.
BOSS resultaría muy eficaz en la búsqueda de terroristas o de individuos potencialmente peligrosos que intentaran confundirse entre, por ejemplo, los miles de asistentes a un desfile presidencial. O de criminales que se ocultaran en las gradas de un estadio abarrotado. De hecho, en el reciente atentado de la maratón de Boston, la Policía identificó a los sospechosos a partir de distintas grabaciones de vídeo.
Desde hace ya varios años existe una tecnología que permite llevar a cabo este tipo de identificaciones a partir de fotos fijas. Pero cuando se trata de vídeos, y en tiempo real, las cosas cambian por completo. Incluso con los potentes ordenadores actuales, existen numerosos obstáculos técnicos a la hora de escanear multitudes a distancia. Entre ellos, la enorme potencia de procesamiento necesaria para efectuar todas las operaciones en tiempo real. Las pruebas llevadas a cabo hasta el momento no han conseguido un escaneo lo suficientemente rápido y fluido.
En realidad, el proyecto BOSS nació en el ámbito militar y sus objetivos eran bien distintos. Se trataba de ayudar a las tropas destinadas en Iraq y Afganistán a identificar a potenciales comandos suicidas cargados de explosivos. Pero en 2010 la investigación (y los presupuestos) del proyecto fue transferida al departamento de Seguridad Interna para reforzar la defensa dentro de las fronteras de Estados Unidos.
Desde entonces se han invertido ya más de cinco millones de dólares en el sistema BOSS. Y el Gobierno de Obama sigue empeñado en que se perfeccione, algo que podría suceder en un plazo de cinco años. Por ahora, los sistemas de reconocimiento facial funcionan bien sobre fotos de primer plano y buena calidad, como por ejemplo las del pasaporte. Pero la vigilancia de masas humanas a distancia, con constantes cambios de posición de cada cara, condiciones de luz, sombras y otros elementos, es algo que está aún fuera del alcance del sistema.
Para solucionarlo, los investigadores del programa están tratando de generar con las cámaras de vídeo una mayor cantidad de información para que pueda ser cotejada por los ordenadores.
Un rostro en 3D
El sistema BOSS consiste en dos torres sobre las que se han instalado cámaras de vídeo con sensores infrarrojos y de distancia. Esas cámaras pueden tomar imágenes de un mismo sujeto desde diferentes ángulos. Después, el ordenador procesa esas imágenes, construye un rostro en 3D a partir de todos los datos recogidos (como por ejemplo la distancia entre los ojos, o de la nariz y la boca) y lo compara con las fotos de caras almacenadas en una base de datos.
El objetivo, según Ed Tivol, investigador de la empresa contratista del proyecto, es conseguir coincidencias con entre un 80 y un 90%de certeza y desde una distancia de cien metros, «algo que no se ha conseguido hasta ahora».
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