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El FMI se impacienta con los salarios
No laborable

El FMI se impacienta con los salarios

La influencia de las reformas laborales en las retribuciones comenzará a dejarse sentir con fuerza a partir de julio, con la desaparición de convenios

JOSÉ LUIS GALENDE

Domingo, 30 de junio 2013, 12:36

El Fondo Monetario Internacional insistía hace unos días en la necesidad de que España ahonde en la reforma laboral, con el objetivo de forzar una rebaja salarial y dar mayores facilidades al despido. La petición ha llevado la desazón a millones de trabajadores, que están sufriendo en los últimos años una serie de recortes de derechos laborales que han contribuido a sembrar la desconfianza en medio de una larga crisis a la que no se acaba de ver la salida y que detrae el consumo, lo que es el inicio de un círculo vicioso de difícil salida en un entorno de políticas de ajuste fiscal.

El organismo internacional ni siquiera ha tenido paciencia para esperar a ver los efectos que la reforma laboral de Mariano Rajoy de 2012 va a tener en los salarios, porque su verdadera influencia va a empezar a dejarse sentir a partir del 7 de julio, con la desaparición de miles de convenios en toda España que no hayan sido renovados tras haber transcurrido más de un año desde que caducaron.

Nadie espera un bache brusco en la evolución de los salarios ni de las condiciones laborales en general en el mes que va a comenzar. Lo más probable es que las consecuencias de la nueva situación se vayan dejando sentir en los próximos meses o años, tras un periodo de tanteo y a medida que se vayan conociendo los pronunciamientos de los jueces. Y es que todo apunta a que sobre ellos va a recaer inevitablemente una buena parte de la aclaración de la nueva situación, dadas las discrepancias existentes entre organizaciones empresariales y sindicales a la hora de interpretar la nueva normativa.

Es cierto, como dice el FMI, que desde el comienzo de la crisis los salarios no han bajado en el sector privado en términos nominales -sí lo han hecho claramente, por el contrario, en el sector público-, pero no lo es menos que se ha producido ya una importante pérdida de capacidad adquisitiva, ya que su evolución términos reales ha sido de caída, al crecer claramente por debajo de la inflación. En concreto, los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que el Índice de Precios al Consumo (IPC) ha pasado de 93,84 a 103,20 entre el primer trimestre de 2008 y el primero de 2013, lo que representa un alza 9,97%. Una cifra que prácticamente duplica el aumento del índice salarial de la Encuesta Trimestral del Coste Laboral, que ha pasado del 95,5 a 100,5 en el mismo periodo, lo que en términos relativos indica un aumento del 5,23%.

Los expertos, en cambio creen que la competitividad de la economía española ha crecido mucho más de lo que pueda sugerir la evolución de los costes salariales. El informe trimestral Carta de Economía Española, que elabora Barceló y Asociados, señala al respecto que si se analiza la evolución del coste total por trabajador en términos reales -es decir, una vez descontada la inflación- puede observarse que los costes laborales por unidad producida son ahora los más bajos desde 1997. Es decir, que hace 16 años. Y precisa, además, que en el segundo trimestre del año que ahora finaliza están un 13% por debajo de los existentes al comienzo de la crisis económica; e incluso son el 1% inferiores a los que había en España a comienzos de 1999, año en que comenzó la existencia virtual del euro.

En términos similares se pronunciaba el pasado fin de semana el Banco Internacional de Pagos.

La negociación colectiva es el principal instrumento que existe en España para decidir los salarios de los trabajadores y en los últimos tiempos la moderación ha sido la norma. Hasta el mes de mayo, se han firmado convenios para 1,7 millones de trabajadores, con una subida salarial media del 0,63%, según datos oficiales. El resto de los trabajadores tiene sus pactos laborales bloqueados, lo que supone en la práctica totalidad de los casos congelación salarial. Pero esto no parece suficiente para el FMI, pese al estancamiento del consumo interno que la situación laboral está generando.

Las estadísticas del Ministerio de Trabajo revelan que cuanto menores son las empresas, más alto ha sido el incremento salarial pactado, de tal forma que las de menos de seis operarios han alcanzado el 1,74%, frente al 0,54% de las de más de 500. Claro que en el primer caso solo ha habido ¡¡13!! trabajadores en los seis convenios registrados en ese segmento. Un dato este que apunta a lo difícil que lo van a tener los asalariados de las microempresas en el nuevo escenario de negociación colectiva, donde los convenios sectoriales pueden desaparecer o perder preponderancia.

Donde sí se está produciendo rebaja salarial pura y dura es en los casos de inaplicaciones de convenios colectivos, una fórmula promovida por la últimas reformas laborales y que en caso de desacuerdo entre empresa y trabajadores puede ser resuelta por un sistema de arbitraje obligatorio. Según la estadísticas oficiales, hasta el mes de mayo se habían producido casi 1.200 descuelgues, con cerca de 81.000 trabajadores afectados, lo que supone acelerar el ritmo que esta fórmula había seguido en 2012, año en el que los asalariados afectados por su aplicación fueron 29.400.

Sin embargo, señalaba a este diario Toni Ferrer, responsable de acción sindical, el registro que mide estos datos no es obligatorio, por lo que puede haber muchos más casos en la sombra. De hecho, precisaba, algunas fuentes apuntan que cerca de una cuarta parte de todos los asalariados podrían haber sufrido diferentes recortes por inaplicación de sus convenios.

Por otro lado, recordaba el sindicalista, la negociación colectiva cubre cada vez menos trabajadores desde el comienzo de la crisis. Así, precisaba, de los más de diez millones que protegía en 2010, en mayo pasado había pasado a siete millones.

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