

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
FERNANDO MIÑANA
Domingo, 15 de septiembre 2013, 12:18
Ya no quedan hombres nacidos en el siglo XIX. Ni uno. El último, el japonés Jiroemon Kimura, que además era la persona de mayor edad de todo el mundo, murió el pasado día 12 después de 116 años y 54 días de existencia. Aunque, en el colmo de las casualidades, el fin de semana anterior también había fallecido la persona que, sin certificar, podría ser la más anciana de la Tierra, la china Luo Meizhen. Su familia juraba que había cumplido los 127 años, pero no tenían los papeles que lo certificaran. Luo habría nacido en 1885, antes de que su país creara un sistema de registro de nacimientos fiable. Paradójicamente, ser demasiado vieja le impidió tener la consideración de la abuela de la Historia. Este honor recae oficialmente en la francesa Jeanne Louise Calment, quien murió en 1997 después de 122 años y 164 días.
Todos ellos forman parte de ese reducido grupo de supercentenarios, aquellos que han rebasado la frontera, lejanísima, de los 110 años. Ahora solo quedan 19 individuos que han estado vivos en tres siglos. Y los 19 del XIX son mujeres. Diez de 1900; ocho de 1899, y una de 1898. Esta última, la nueva líder del libro Guiness de los récords, es la nipona Misao Okawa, que lleva con vida 115 años y 100 días. Misao, que vive en una residencia de Osaka, se jacta de no haber sufrido nunca una enfermedad grave y asegura que el secreto para su longevidad es comer de manera saludable. Su plato favorito es el sushi de caballa y la sopa de tallarines. Hija de un fabricante de quimonos, cuando Misao vino al mundo, España perdía sus últimas colonias en Filipinas. En 1919, nada más terminar la Primera Guerra Mundial, se casó y tuvo tres hijos, dos de los cuales tienen más de 90 años y siguen visitando a mamá.
Al recién fallecido Kimura, como a todo aquel que supera el centenario, le acribillaban con la dichosa pregunta. ¿Cuál es el secreto para vivir tanto tiempo? Y el japonés, que trabajó en Correos durante 40 años, y que cultivó el campo hasta pasados los 90, siempre respondía lo mismo: «Comer ligero y vivir mucho».
¿Por qué vivimos más?
En España hay un dicho para revelar el secreto de la longevidad: 'Poca cama, poco plato y mucho zapato'. Aunque hay razones más científicas para señalar las claves de una larga vida. El Informe Lalonde, de 1974, que debe su nombre al ministro de Salud de Canadá, señala los aspectos determinantes de la salud, como los servicios sanitarios, la biología o las características propias de cada familia, el entorno y, por encima de todos los anteriores, los hábitos, nuestro estilo de vida.
Elías Ruiz, subdirector de Promoción y Prevención de la Salud Pública en la Generalitat Valenciana, recuerda que, en poco más de un siglo, la esperanza de vida de los españoles ha subido de los 35 años, en 1900, a los 82 previstos en 2012. Aunque introduce un matiz. «La mujer vive más que el hombre. En concreto, el año pasado, en España, la esperanza de vida de ellas era de 85 años, por 79 de los hombres. Pero esa brecha se va reduciendo porque los hábitos se están igualando». Muchas horas de trabajo, vicios como el alcohol, el tabaco o el café, o comer fuera de casa son habituales en ambos sexos.
Aunque todo es relativo. Los caprichos, de forma comedida, pueden ser bien aceptados por nuestro organismo. Jeanne Calment, la más longeva de la historia certificada, la francesa que murió a los 122 años, reconoció que todos los días, sin excepción, se fumaba un cigarrillo, bebía una copita de oporto y comía un trozo de chocolate. Pecados veniales que no acortaron su vida. Aunque quién sabe...
Emilia Pastor aún no es una 'supercentenaria', pero lleva con mucha dignidad sus 104 años. Asegura estar sorda de un oído y casi del otro. La conversación telefónica discurre en un tono alto pero sin muchas repeticiones. Sus piernas comenzaron a fallarle hace pocos meses y la vista aún le permite leer, aunque con menos ligereza. «El problema es que me canso y, entonces, si no puedo leer seguido, se me olvida lo que ha pasado». Pero aún le pega un vistazo diario a la prensa y la memoria está bastante firme.
Esta centenaria manchega, nacida en Carcelén (Albacete) en 1908, confiesa algunas de las pocas pasiones que conserva. «Me encanta reunirme con la familia. Un día de Navidad siempre nos juntamos todos». Y todos son sus tres hijas (el cuarto hermano ya murió), sus 15 nietos y 25 biznietos.
«Penurias, en la guerra»
Emilia está lejos de Paca García-Torres, de 111 años, la persona más anciana de España, pero también ha vivido lo suyo. La crisis que ahora tiene asustado a todo el país es un chiste para ella. «Pero si estamos mejor que nunca. Penurias se pasaron en la Guerra Civil y en la postguerra, que no había ni para comer, pero ahora, si vas a los cines, a los bares o a los teatros y están todos llenos de gente... Cuando iba al colegio había sacas de pan para darnos de comer porque estaba racionado. Y yo me hice un abrigo con unas mangas muy anchas para meterme tres panes».
La abuela 'cucú' los biznietos de Emilia la llamán así porque les tararea 'Cucú, cantaba la rana; cucú, debajó del agua...' cumplirá 105 años en septiembre. La proyección del Instituto Nacional de Estadística (INE) apunta a que en 2012 (los últimos datos reales son de 2011) va haber 8.680 personas (2.393 hombres y 6.287 mujeres) con más de 100 años en España, una cifra que prácticamente se doblará en un decenio. De hecho, la proyección para 2021 es de 14.688 centenarios españoles (4.496 hombres y 10.192 mujeres).
La abuela de España, Paca García-Torres, ocupa el puesto 31 en el ranking de los 'supercentenarios' del mundo. Un lugar por detrás, en el 32, aparece el primer hombre de esta lista, el estadounidense James McCoubrey. Curiosamente, en contra de los estereotipos de obesidad que persiguen a Estados Unidos, este país está al frente, codo con codo con Japón, en las tablas de los más longevos. Doce de los 25 más ancianos del mundo son norteamericanos. Aunque la fama se la llevan los nipones, con 20 entre los 50 primeros.
Japón, a la cabeza
La esperanza de vida al nacer en Japón es de 84,19 años, según The World Factbook, una publicación anual de la CIA. Por delante solo figuran Macao (84,46) y Mónaco (89,63). España ocupa el puesto duodécimo con una perspectiva de 81,37 años. En nuestro país han dejado de matarnos mayoritariamente las enfermedades infecciosas, como sucedía en el siglo pasado, y ahora lo hacen las crónicas.
Y también hay que tener muy en cuenta la disminución de la mortalidad infantil por el avance de la ciencia y por la concienciación. «Las madres se cuidan más durante el embarazo; las condiciones del parto son mucho mejores y se producen menos infecciones», detalla Elías Ruiz.
Los dos supercentenarios que han muerto estos días vivían en zonas donde abundan los vecinos longevos. Luo Meizhen convivía con 81 centenarios más en la provincia de Guanxi. Y Jiroemon Kimura era el mayor del centenar de personas con más de 100 años que habita en Kyotango, en la prefectura de Kyoto.
Kimura mantuvo hasta el final de su historia tres comidas diarias. Decía que solo llenaba cuatro quintas partes de su estómago y que consumía una cantidad «razonable» de alcohol. Su dieta se basaba en arroz aguado, batata y calabaza, la lógica en una persona que nació en el seno de una familia de agricultores en 1897. Ha sido el último varón del siglo XIX.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.