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La Infanta Cristina tiene asignado el número 14 en su DNI.
El maldito DNI
EL PISCOLABIS

El maldito DNI

Allá por 1944 se ponía en marcha el presunto culpable del mal trago de mucha gente, incluida alguna infanta

JON URIARTE

Sábado, 22 de junio 2013, 10:42

Para ser pequeño da mucha guerra. De hecho, nació tras una. Cinco años después del término de la Guerra Civil, allá por 1944, se ponía en marcha el DNI. El presunto culpable del mal trago de mucha gente, incluida alguna infanta. Pobre. ¿Si no sabe lo que hace su pareja para llevarse una pasta al mes, cómo va a conocer los secretos del DNI? Pues aquí está el tío Jon para contarlos. Por ejemplo, que los primeros tienen dueño desde siempre. El uno fue para un tal Franco. Bajito y con bigote. Lo que hubiera dado por estar cuando le sacaron la foto. Creo que de ahí viene lo de 'foto-matón'. El caso es que Francisco, se llamaba como el cantante pero no era valenciano sino gallego, se quedó con el suyo en 1951. Se ve que hasta entonces no tuvo tiempo. Y reservó el segundo para su perlada señora, Carmen Polo, y el tercero para su hija. Del cuarto al noveno quedaron vacantes, así que estoy en un sinvivir esperando saber cuál le tocó a la nietísima y aspirante a marquesa Carmen Martínez Bordiú. O a su hijo. Que una cosa es que no le dejen ser Rey y otra que le toque un número feo en la rifa. Eso sería mala baba. Lo único que está claro es que el 10 es el de su tío, el Rey Juan Carlos de Borbón y Borbón. Que digo yo que la realeza no pondrá todos los nombres y apellidos en el DNI. Como mucho tres y mote. Aunque tampoco entiendo el empeño por bautizar a los descendientes con tantos, para que luego el pueblo le llame Froilán al niño. De todos los que le tocaron, el que más odia. Pero volvamos al DNI, que la Infanta se nos distrae con tanta elipsis.

La Familia Real tiene asignados del 10 al 99. Hay que ver lo listo que fue el del registro. Ya intuyó que iban a tener un carro de hijos, nietos y sobrinos. Previsor con mayúsculas. El número 13 se anuló por superstición. Si Ángel Nieto no lo quiere, cómo lo va a querer un monarca. Total que el 11 es para La Reina, el 12 para la Infanta Elena, el 14 para la Infanta Cristina, el 15 para el Príncipe Felipe, los números 16 y 17 para las Infantas Leonor y Sofía y así, suma y sigue. En cuanto a Doña Leticia, es falso que tenga ahora uno por debajo del 99. Porque estos números son como un diamante. Para siempre. Así que la Princesa tendrá el que le dieron en Asturias cuando era plebeya. Te toca el que te toca. Punto. Y si la cascas, no pasa a otra persona. Al menos, en lo del DNI, todos estrenamos y nadie heredamos. Si alguien recibe un número bajo es porque, tras el reparto realizado entre las diferentes regiones, no fue utilizado en su momento y se devolvió a la central de datos. Es así desde que empezó a utilizarse. Zaragoza fue la primera capital en hacerlo. Desconozco el motivo. Lo único que sé es que los primeros en llevarlo no fueron casas reales, cargos políticos o dictadores y sus familias. Sino delincuentes. ¡Caramba que coinciden! Esto seguimos. Los presos en libertad vigilada fueron los que inicialmente vieron su jeta y su huella en un DNI. Después a los hombres que viajaban mucho, para tenerles controlados. Y más tarde los varones residentes en villas y ciudades de más de 100.000 habitantes. Pueblos y mujeres no existían. Bien visto, eso que ganaban. Porque, lo de que se líen en la administración con tu número, como dicen le ha pasado a la Infanta, no es lo peor. Tampoco que todo lo dicho se tambalee cuando aparece gente que comparte el mismo número de DNI de esta sufrida mujer. Créanme si les digo que hay algo aún más inquietante. Su perversión. Es un documento con mala leche.

Ni George Clooney, ni Mónica Bellucci saldrían guapos en él. Vete a Foto Ulises que sacan unas muy buenas-. Y vas donde Ulises, recorres Ítaca entera, navegas más allá del mar angosto y nada consigues. -Es que no soy fotogénico-, concluyes. Pero nadie lo es. De ahí que más de uno y de una aproveche aquella en la que 'salía bien'. No es raro ver un DNI con flequillo donde hoy hay más calva que la de Don Limpio o lucir ochentero rizo al estilo de Madonna en 'Like a Virgin' cuando la dama apunta ya a permanente de cafetería. Porque esa es otra. Tanta foto para que uses la misma y acabes pareciéndote a tu hijo. O a la careta de Scream. Igual de deformada. Con eso del digital el rostro alcanza formas que jamás imaginamos. Pero nadie lo cambia. -Ahora es más rápido, con lo de la cita previa-. Y una leche. Se ve que para algunos ir a una tienda, sacarse unas fotos, acudir a una comisaría, realizar el proceso y pasar a recogerlo, no es tiempo. Así que, como digo, la mayoría de los mortales no es feliz con su DNI. He visto a gente sacarlo y guardarlo con la rapidez de Billy el Niño, colocar dedos hábilmente sobre la foto, ocultar con típex fechas de nacimiento y tapar segundos o primeros nombres, escondidos durante décadas. Y todos esos secretos dejaron de serlo por el maldito DNI. Ya ve, sufrida Infanta, que lo de su media naranja, la pandillita de Nóos y las inspecciones de Hacienda es lo de menos. Lo peor es que todo hijo de vecino ha visto su DNI. Lo siento de corazón. Cruel castigo para cualquiera. Por eso, vaya desde aquí, mi más sentido pésame. Que la fuerza le acompañe. Eso sí, llévese el DNI porque igual se lo piden.

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