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LUIS LÓPEZ
Miércoles, 13 de febrero 2013, 19:53
La consejera vasca de Medio Ambiente y Política Territorial, Ana Oregi, no es optimista. Ya hace diez días que, en una entrevista concedida a este periódico, fijó en 2018 el momento en el que, en el mejor de los casos, estará en funcionamiento el tren de alta velocidad (TAV) en Euskadi. Este miércoles se ha reafirmado en este pronóstico en la Comisión correspondiente del Parlamento vasco, a donde ha acudido para explicar las líneas fundamentales de su Departamento para esta legislatura.
Aunque en su intervención ha esbozado las pautas generales que marcarán el mandato, en el turno de preguntas ha tenido que dar explicaciones sobre los principales proyectos de su competencia. En este aspecto, la Y vasca ha tenido un especial protagonismo. Oregi ha adjudicado a Fomento la responsabilidad de los retrasos al señalar que «yo soy la mensajera». Además, ha recordado que el ramal guipuzcoano, el que gestiona el Gobierno vasco aunque termina pagando Madrid, «tiene su fecha de finalización en verano de 2016. Lo que nos dicen en el ministerio es que una vez terminada la obra civil, luego viene la superestructura y acondicionamiento de las vías, que pueden ser dos años más».
Pero la consejera también ha dejado abierto un escenario aún más lejano al de 2018 porque, ha recordado, «la parte guipuzcoana es la más adelantada; en Bizkaia y Araba que gestiona Fomento aún hay tramos que ni están licitados». Y sin el corredor Vitoria-Bilbao en funcionamiento, de nada sirve el resto del trazado.
Pese a todo, Ana Oregi no ha querido hacer sangre con el asunto, muy consciente de la complicada situación económica que obligará a todas las administraciones a medir el gasto y «priorizar» proyectos. En este sentido, ha dado por enterrado el metro de San Sebastián y el puerto exterior de Pasajes, dos infraestructuras que había puesto en la picota desde el primer momento.
En materia aeroportuaria, ha mostrado su intención en elaborar un plan vasco para explotar las potencialidades de cada terminal y ha apostado por Foronda, no solo en el ámbito de la carga, sino también en el tráfico de pasajeros. Además, ha rechazado el fracking para la extracción de gas puesto que esta técnica «no ofrece las garantías suficientes» para con el medio ambiente.
La consejera también ha adelantado que el Departamento simplificará los requisitos y procedimientos administrativos para personas y empresas en lo relativo a la gestión ambiental, de cara a favorecer la competitividad empresarial.
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