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LUIS LÓPEZ
Viernes, 13 de abril 2012, 00:02
A partir del 1 de enero de 2013 sólo los cuerpos de élite de la Ertzaintza (la Brigada Móvil y la de Refuerzo) podrán utilizar escopetas lanzapelotas. El grueso de la Policía vasca, conformado por patrulleros de seguridad ciudadana, ya no podrán disparar pelotas de goma en sus intervenciones. Esta es una de las medidas anunciadas esta mañana por el consejero de Interior, Rodolfo Ares, durante su comparecencia en la Comisión de Interior del Parlamento vasco.
Ares ha acudido a la Cámara para dar explicaciones sobre la muerte de Iñigo Cabacas, el joven vizcaíno a quien le segó la vida este tipo de munición antidisturbios. Tras este suceso terrible, la Ertzaintza también modificará sus protocolos de actuación y, cada vez que una de sus intervenciones se salde con algún herido, la actuación será sometido a una auditoría interna.
Hasta aquí, los compromisos a futuro. Pero las explicaciones de Ares eran especialmente esperadas para conocer más en detalle cómo discurre la investigación sobre los hechos que culminaron con la brutal muerte del joven de 28 años cuando se limitaba a celebrar el triunfo del Athletic el pasado jueves. El consejero de Interior ha anunciado que, una vez que la juez está investigando los hechos (que podrían constituir un delito de homicidio imprudente), el proceso interno se ha detenido. Eso sí, el Gobierno vasco ha trasladado a la autoridad judicial "toda la información de la que disponemos" y también ha puesto a su servicio "un equipo de agentes" con dedicación plena a esclarecer lo que ocurrió durante la noche del jueves. Además, se ha abierto un expediente interno a los 24 agentes (todos de seguridad ciudadana) que participaron en aquel operativo.
Durante la comparecencia de Ares todos los grupos políticos presentes en el Parlamento vasco han mostrado sus condolencias por la muerte de Iñigo y han exigido una investigación a fondo y la depuración de responsabilidades, también políticas. Pero, contra lo que cabía esperar, nadie ha pedido la dimisión de Ares. El único que lo ha insinuado ha sido el parlamentario de EA Juanjo Agirrezabala, que se ha limitado a preguntarle si lo haría.
Asunción de responsabilidades
Así, el debate no ha alcanzado los niveles de agresividad que durante los últimos días ha imprimido la izquierda abertzale quien, con todo, ha estado muy presente en las intervenciones de los parlamentarios. Esencialmente, entre los de PNV, PSE, PP y UPyD, quienes han condenado que la antigua Batasuna aprovechase la muerte de Iñigo para arremeter contra la Policía vasca tras décadas amparando los asesinatos de ETA. De hecho, todos esos grupos, tras exigir firmeza y depuración de responsabilidades, han puesto en valor el papel de la Ertzaintza durante los últimos treinta años.
El consejero ha asumido la responsabilidad política de lo sucedido, mientras que el jefe de la Policía vasca, José Antonio Varela, ha señalado que la pelota impactó de manera casual en la cabeza del joven bilbaíno. Ares ha defendido que la Ertzaintza usa el material antidisturbios con profesionalidad, pero ha indicado que "es evidente que algo ha fallado", lo que obliga al departamento a revisar todos los procedimientos de actuación.
Por ello, ha anunciado que a partir del 1 de enero de 2013 todas las unidades de Seguridad Ciudadana tendrán prohibida la utilización de escopetas lanzadoras de pelotas y que, durante lo que queda de este año, tendrán restringido y limitado su uso. A lo largo del 2012 este material se sustituirá por nuevos lanzadores "menos lesivos y más adecuados".
La patrulla que intervino el día en que murió Iñigo Cabacas pertenece a las unidades de Seguridad Ciudadana, que son las que normalmente actúan cuando se producen altercados. Cuando los disturbios son de mayor calado actúan las unidades especializadas (la Brigada Móvil y las Brigada de Refuerzo de Seguridad Ciudadana), las cuales sí que podrán seguir usando los lanzadores de pelotas en "ocasiones excepcionales", aunque además, contarán con otros medios antidisturbios.
Disparo a más de 20 metros
Varela se ha encargado de hacer el relato de los hechos, conforme a la investigación abierta por el departamento. Ha dicho que el disparo de la pelota se produjo a una distancia mayor de 22 metros, lo que supone que no se hizo, según ha apuntado, a bocajarro. Ha explicado que las bocachas de las escopetas tienen tres posiciones que permiten lanzar más o menos lejos las pelotas: la posición suave a más de 25 metros, la media a más de 35 y la fuerte a más de 60.
Se ha mostrado "plenamente convencido" de que el disparo que mató a Cabacas "no fue dirigido directamente a su cabeza, sino que sería resultado de la trayectoria de alguna de las pelotas lanzadas", al incidir en que "un ertzaina experto, a 20 metros, salvo por casualidad, no le va dar en la cabeza a una persona, aunque quiera".
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