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J.GÓMEZ PEÑA
Sábado, 10 de septiembre 2011, 11:38
Bilbao, Bizkaia y Euskadi tenían ganas de ciclismo, de Vuelta. Tras 33 años de ausencia, la ronda ha vivido una jornada histórica. Igor Antón, el ciclista de Galdakao, ha convertido la cuesta de su pueblo, El Vivero, es una fiesta popular, deportiva e inolvidable. Ha subido solo y entre los ánimos de su gente. Ha dejadó allí a Bruseghin, compañero de fuga, y ha bajado hasta la abarrotada meta de Bilbao. Vino a ganar la Vuelta y no ha podido, pero se lleva la mejor etapa, la suya, la de Bilbao, Galdakao y El Vivero. «Mejor imposible», ha dicho.
Detrás de la fuga de Antón, Bruseghín, Verdugo y Dyachenko, el grupo ha transitado por las dos subidas a El Vivero con la Vuelta en juego. Froome ha probado la resistencia de Cobo. Por un momento le ha sacado un par de metros. Pero el líder ha reaccionado bien y se ha pegado a la rueda de su único rival. Han llegado juntos a Bilbao. A Froome sólo le queda mañana la subida a Urkiola para dar le vuelta a la carrera.
En la entrada a meta, en la Gran Vía de Bilbao, ha podido disfrutar del triunfo de etapa y saludar a los espectadores. De esta forma, el Euskaltel ha conseguido ganar en las tres 'grandes', Giro, Tour y Vuelta.
El doble paso de los corredores por la capital vizcaína y el buen tiempo ha hecho que mucha gente se vuelque en la carrera y fueran a las cunetas para animar a los ciclistas. Las rampas del Vivero han sido un hervidero de gente. Desde el inicio a la cumbre, un pasillo de gente animaba con banderas y gritos a los ciclistas.
Sin incidentes
La Vuelta Ciclista a España ha regresado hoy a Euskadi 33 años después, en una jornada sin incidentes, con el respaldo popular de miles de aficionados que han llenado las cunetas.
La carrera entró al País Vasco por el alto de las Muñecas, desde la vecina Cantabria. Allí, entre los aficionados, la esperaban unos cincuenta miembros de diversos colectivos abertzales, como la plataforma por la oficialidad de las selecciones vascas Esait, y el veterano dirigente de la izquierda abertzale Tasio Erkizia, con pancartas para protestar por el paso de la Vuelta y otras que pedían el acercamiento de presos etarras a Euskadi.
Con un fuerte despliegue policial, no ha habido ningún incidente en la entrada a Euskadi, e incluso ha habido unánimes aplausos para el corredor del Euskaltel Igor Anton, escapado ya allí junto a otros tres ciclistas.
Pocos metros antes de la meta, en plena Gran Vía y al lado de las cámaras de TVE, se ha colocado un grupo bastante numeroso bajo una gran pancarta con el lema "Euskadi no es España" y "Libertad para Euskal Herria".
Allí, discretamente vigilados por efectivos de la Ertzaintza, han coreado gritos en favor de la amnistía para los presos de ETA y de la independencia que, al paso de los ciclistas, han quedado ahogados por los aplausos y voces de ánimo de los aficionados, que han abarrotado todo el centro de Bilbao.
Una vez terminada la carrera, los manifestantes se han dispersado sin que la Ertzaintza haya comunicado ningún tipo de incidente.
Mañana seguirá la fiesta, en la penúltima etapa de la Vuelta, entre la capital vizcaína y Vitoria, de 185 kilómetros, que circulará por las carreteras de las tres provincias vascas e incluirá la ascensión al histórico Urkiola.
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