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Amy Winehouse fue abucheada el pasado fin de semana en Belgrado.
Amy, la droga es mala
Winehouse SUSPENDE SU CONCIERTO EN EL BBK LIVE

Amy, la droga es mala

La cantante británica no actuará en Bilbao al tener que ser sometida a un programa de desintoxicación

OSCAR CUBILLO

Miércoles, 22 de junio 2011, 09:31

Tristemente, a la postre el chiste recurrente se ha hecho realidad: la gente de toda condición comentaba cáustica que Amy Winehouse actuaría en el BBK Live si no lo evitaban las drogas, si no la volvían a encerrar en una clínica de desintoxicación. Y así ha ocurrido, para decepción de los fans y para la ciudad, que de momento no acogerá la visita de esta estrella de talla mundial. El lastre de las drogas y el alcohol y la mala fama profesional ya señalaba a un interviniente en el Bilbao Live09, al bueno de Pete Doherty, ex The Libertines, de quien los fans y asimilados aseguraban que no se presentarían porque su politoxicomanía le incapacitaría. Al final, Pete y sus Babyshambles actuaron, porque su líder vive en un cuelgue perpetuo, en un subidón constante.

No obstante, ya sabemos que las drogas producen bajones, aunque a algunos no parecen afectarles. Por ejemplo a los Supersuckers, roqueros coriáceos de Tucson, Arizona, que cuando se propulsaban dopados con cocaína resultaban mucho más efectivos que ahora, sobrios y formales padres de familia. Pero ése de los Supermamones era un caso especial, porque las drogas pasan factura y ahí tenemos al guitarrista de Bon Jovi, el simpático y amable Richie Sambora, hace poco reingresado en una clínica de desintoxicación pocas fechas antes de su concierto en San Sebastián, que ya lleva más de 30.000 entradas vendidas.

Las drogas provocan conductas desordenadas en cualquiera y una indisciplina personal difícil de lidiar en la escena musical profesional. Aunque da la sensación que las estrellas trabajan poco y gozan de vacaciones lujosas sin fin, un músico adicto debe apechugar con muchas responsabilidades y en el peor de los casos puede dejar colgados a los periodistas en una tanda de entrevistas promocionales, llegar con retraso a todo tipo de citas, demorar el trabajo de grabación de un nuevo disco o, lo que es peor en términos contables para su entorno, puede provocar la suspensión de giras y conciertos con lo que ello conlleva de gastos: devolución de entradas y quizá hasta abonar las labores de montaje del tinglado del escenario en cuestión si la suspensión ha acaecido in extremis.

El caso es que la incorregible Amy Winehouse ha vuelto a hacer de las suyas. Sus últimas giras alternaban conciertos notables con otros en los que apenas rozaba el listón, pero el ultimísimo ofrecido en Belgrado este fin de semana dio una imagen lamentable y generó un aluvión de críticas acordes. El manager personal de Amy suspendió las dos fechas previstas para esta semana en curso, pero aseguró ayer lunes a Last Tour International, empresa organizadora del VI Bilbao BBK Live, que la cita vizcaína se mantendría. No ha podido ser: Amy será recluida para limpiar su cuerpo (quizá su alma no tenga cura) y se suspende la visita a Cobetas. Sobre indemnizaciones legales a Last Tour por parte de los managers de Winehouse, que obviamente no han cumplido el contrato, informan fuentes de la agencia vasca: "Hay posibilidad de indemnización para Last Tour, pero no la vamos a ejercer".

Last Tour International busca a otro artista de altura en sustitución de Winehouse y añade acerca de plausibles solicitudes de devolución del dinero de la entrada por parte de los espectadores que se sientan perjudicados: "A pesar de que no estamos obligados por Ley y como siempre se ha hecho en los festivales de LTI, independientemnete de la envergadura del artista que se cae del cartel, se devolverá el dinero a todas aquellas personas que hayan comprado la entrada de ese día y deseen recuperar el importe".

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