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La BBK, la Vital y la Kutxa lanzan la fusión fría y crearán un banco común

El pacto ha sido posible tras la decisión del PNV de apoyar una integración virtual a tres bandas ante la imposibilidad de que la fusión real que promovía saliera adelante

CARMELO LEZANA

Viernes, 25 de marzo 2011, 12:02

El pacto anunciado ayer por la BBK, la Vital y la Kutxa para poner en marcha la hasta ahora imposible fusión fría de las tres cajas de ahorro vascas pasará probablemente a la historia como el acuerdo de estas características más rápido jamás alcanzado. Tan sólo han sido necesarias la tarde del martes y la mañana de ayer para que, en base a un proyecto ideado por el presidente de la Bilbao Bizkaia Kutxa, Mario Fernández, los máximos responsables de las tres entidades adoptaran un acuerdo histórico. Una alianza que se concreta en la creación de un nuevo banco al que las cajas traspasarán su negocio mientras seguirán operando como instituciones financieras independientes y manteniendo su personalidad jurídica, sedes y capacidad de gestión y decisión. En suma, una fusión virtual articulada a través de un Sistema Institucional de Protección (SIP), tal y como adelantó ayer EL CORREO, y que puede ser embrión de una integración real.

Esta estratégica operación para el sector financiero vasco ha sido posible tras la decisión del PNV de rectificar y apoyar la unión fría a tres -hace unas semanas abortó la fusión a dos entre la BBK y la Vital que propiciaban el Gobierno vasco, el PSE y el PP-, después de constatar la inviabilidad de la integración real debido a la falta de apoyo político. El reciente anuncio de Mario Fernández en la asamblea de la entidad vizcaína de que mantenía en «pleno vigor» su oferta de SIP a la caja de ahorros alavesa dio el empujón final.

La fusión virtual permitirá a las tres entidades auparse de nuevo a los puestos de cabeza del ranking de cajas españolas. Si finalmente la BBK, la Kutxa y la Vital decidieran traspasar la totalidad de sus activos al nuevo banco -cuyo nombre aún no ha sido decidido y que previsiblemente no solicitará ninguna ayuda al Estado- la futura entidad sumaría unos activos totales de unos 80.000 millones de euros, lo que le convertiría en la quinta más grande del sistema cajero. De ellos, cerca de 49.000 serían aportados por la entidad vizcaína -alcanzó esa dimensión tras adquirir CajaSur-, más de 20.800 por la caja guipuzcoana y en torno a 8.650 por la alavesa .

Todo por negociar

Con todo, el tamaño final del banco dependerá del volumen de negocio que decidan finalmente traspasar las tres cajas, algo que según fuentes consultadas por este periódico todavía no está determinado. De hecho, concretar qué aporta cada una y definir a través de qué instrumentos se articula se sitúa como uno de los aspectos claves y más complejos del proceso de negociación que las tres entidades iniciarán de forma inmediata: el objetivo es cerrar un acuerdo definitivo antes de las próximas elecciones municipales y forales del 22 de mayo.

En suma, el trabajo de campo aún no ha empezado y queda toda la tela por cortar. No obstante, los tres presidentes ya cuentan con una especie de hoja de ruta que marca los aspectos básicos del maratón que arrancó ayer. En ese esquema, fijar los porcentajes que cada una de la cajas tendrá en el nuevo banco es otra de las cuestiones sustanciales. Lo único que se tiene ya claro es que la BBK controlará la mayoría del capital, manteniendo así el irrenunciable criterio de proporcionalidad planteado por la caja vizcaína. Lo que no se ha definido aún es el porcentaje exacto que corresponderá a cada una de las tres cajas, si bien, tal y como ha podido saber este diario, sí se han establecido qué criterios se aplicarán para realizar la valoración.

La BBK, la Vital y la Kutxa, que figuran entre las más solventes y saneadas de España, anunciaron ayer el acuerdo a través de un escueto comunicado enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. En el documento explican que los tres presidentes «han alcanzado un acuerdo sobre las bases de un proceso de integración (...) mediante el ejercicio de la actividad financiera a través de una licencia bancaria, con mantenimiento de la personalidad y órganos de las tres cajas».

Los impulsores del pacto evitaron expresamente introducir los términos 'fusión fría' o 'SIP' en su comunicado. Algo que no fue gratuito y que, según fuentes de toda solvencia, obedece a una especie de pacto de caballeros que permite a la Kutxa salvar la cara a la hora de entrar en esta operación. No hay que olvidar que la entidad guipuzcoana, a la sombra de Joseba Egibar, asegura desde hace meses que no iba a participar en una fusión fría, que es exactamente lo que al final pondrán en marcha las tres cajas vascas.

Sin mayoría

Sea como fuere, una vez que los protagonistas cierren un acuerdo definitivo, éste deberá ser sometido a la aprobación de sus respectivas asambleas. Y también para superar ese trámite se deberán iniciar negociaciones, al menos en el caso de la Kutxa. A priori, tanto en la BBK como en la Vital la suma de los votos de PNV, PSE y PP superará la mayoría de dos tercios necesaria para que una operación de estas características vea la luz. Pero no ocurre así en la Kutxa, donde esas formaciones no alcanzan la mayoría cualificada. Por tanto, sus gestores deberán asegurarse otros apoyos para recibir el preceptivo OK de la asamblea guipuzcoana, tremendamente fragmentada. Se quiere evitar lo que ocurrió en 2008, cuando el intento de fusión entre la BBK y la Kutxa fracasó por la falta de apoyos en el cónclave donostiarra.

Ese fiasco se suma al protagonizado por las tres cajas vascas en 2005, cuando su intento de fusión tampoco se materializó al abandonar el proceso el PSE por presiones del PP. Y el último bluff ocurrió hace dos meses, tras bloquear el PNV la fusión fría que la BBK y la Vital estaban a punto de cerrar por presiones de sus líderes en Guipúzcoa y Álava.

Es decir, la anunciada ayer será la cuarta ocasión en la que las cajas de Euskadi afrontan un proceso de fusión. ¿Que ocurriría si la operación a tres volviera a fracasar? Eso es algo que los protagonistas consideran muy improbable, dadas las actuales circunstancias. Pero si la fusión fría no recibiera el apoyo necesario en la asamblea de la Kutxa, la BBK y la Vital seguirían previsiblemente adelante con el SIP que ya tenían prácticamente cerrado.

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