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JON FERNÁNDEZ
Domingo, 31 de mayo 2009, 05:05
Todo le era ayer familiar a Joseba Lakarra. Rodeado de amigos y compañeros de profesión, el catedrático de Filología Vasca de la UPV ingresó oficialmente en Euskaltzaindia en un acto celebrado en la iglesia de Santo Tomás de Arratzu, su localidad natal. Y no hubo sorpresas. El nuevo académico de número -nombrado como tal en junio de 2007- hizo honor a su trayectoria investigadora y dedicó gran parte del discurso a resaltar los avances en el estudio del euskera arcaico.
En opinión del lingüística vizcaíno, el análisis del idioma testificado entre los siglos I y III d. C. se encuentra «en una fase más que prometedora que, dando continuidad al nuevo contexto investigador instituido por Koldo Mitxelena, permitirá afrontar aspectos hasta ahora inabordables dentro de esta materia». Hace más de una década, Joseba Lakarra centró sus estudios en la raíz monosilábica de las palabras y en su discurso -acompañado de varios casos prácticos- recordó ayer la importancia de los elementos situados a la izquierda de esa raíz, que «nos enseñan el sentido de la evolución lingüística».
Como es tradición en la Academia de la Lengua Vasca, el nuevo miembro recibió la medalla y el diploma de la institución de la mano de su presidente, Andrés Urrutia. Le arroparon los académicos Aurelia Arkotxa y José Luis Lizundia.
Al acto no faltó la consejera de Cultura y socia en diversas investigaciones, Blanca Urgell, a la que Lakarra citó luego en su alocución. «Aunque no se lo agradezca lo suficiente, sé que el hecho de que los filólogos Iñigo Ruiz Arzalluz, Gidor Bilbao, Ricardo Gómez y Blanca Urgell sean mis amigos es porque ellos me lo han regalado», concluyó.
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