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OLATZ BARRIUSO o.barriuso@diario-elcorreo.com
Domingo, 25 de noviembre 2007, 14:22
«Todos han aflorado. Ya no son una promesa ni un posible relevo, son una realidad. Se han colocado todos». Así se refiere un cargo del PNV al irresistible ascenso de los 'jobuvis' a las máximas cotas de liderazgo en el organigrama jeltzale. El grupo que toma su nombre del común denominador de sus integrantes -jóvenes burukides vizcaínos- ha logrado coronar su ascensión a la cima del poder peneuvista, su aspiración desde los tiempos en que su lista, encabezada por Javier Atutxa, se impuso a la de Luis María Retolaza, y que les granjeó desde entonces el recelo -en unos casos- o la antipatía -en otros- de Xabier Arzalluz y su entorno.
De hecho, el que está considerado líder natural de aquel colectivo, Iñigo Urkullu, será oficialmente proclamado presidente por la asamblea nacional el próximo domingo en el Palacio Euskalduna. Y el, para muchos, auténtico 'peso pesado' de los 'jabugos' -como se les conoce coloquialmente-, Andoni Ortuzar, se convertirá, a partir de enero, en el nuevo líder de la potente organización vizcaína -más de 23.000 afiliados-, en la que, según las fuentes consultadas, ha desempeñado en los últimos años un papel aún más activo y determinante que el propio Urkullu. «Lo de 'partido, partido, partido' es aún más evidente en Ortuzar. En caso de duda, siempre apoyará al 'aparato'. Él es el 'aparato'», ilustran.
Con la entrada del director general de EiTB -quien, al ser designado presidente de la ejecutiva vizcaína, pasará automáticamente a formar parte del EBB como miembro nato y dejará sus responsabilidades al frente del ente público vasco-, Urkullu refuerza notablemente el 'núcleo duro' de su equipo al frente del PNV. Se rodea de su «guardia pretoriana» de siempre para garantizarse un liderazgo «poderoso» durante los próximos cuatro años, aseguran fuentes peneuvistas.
Según explican estos medios, el todavía portavoz del EBB tenía muy claro el 'currículum' que necesitaba para su sanedrín de colaboradores: dirigentes de su máxima confianza, fieles, con peso político y proyección de futuro que formaran un equipo «compacto y sin fisuras». Una generación de jelkides a la que le unen no sólo lazos de amistad, sino también una misma forma de entender la política, con una concepción del partido como bien superior, cuya unidad y fortaleza deben protegerse por encima de todo, y una vena pragmática no incompatible con un fortísimo sentimiento nacionalista. En definitiva, un «cinturón de seguridad» fiable y con garantías, según definición de un dirigente vizcaíno.
Junto a Ortuzar, estarán también en el EBB Joseba Aurrekoetxea -uno de los artífices de la ponencia de consenso que se aprobó en verano- e Iñaki Goikoetxeta, de perfil muy diferente y no integrado en el grupo, pero coetáneo de Ortuzar en su etapa en el Gobierno del lehendakari Ardanza y próximo a él. El resto de los miembros de aquella generación apuntalará el liderazgo de Urkullu desde el flanco institucional: José Luis Bilbao, sobre todo, y Koldo Mediavilla, en la Diputación vizcaína, y Aitor Esteban, que repetirá en el Congreso.
Perfil negociador
La pieza clave del engranaje será, sin lugar a dudas, Ortuzar, que cumple a rajatabla el perfil. «Será lo que ha sido Josune Ariztondo para Imaz, pero con mayor autoridad». Sus correligionarios, sus oponentes, quienes coincidieron con él en su etapa en Ajuria Enea, todos comparten la misma opinión sobre su «valía» para los puestos de responsabilidad política y para fajarse en las negociaciones más duras. Ya desde sus comienzos en EGI y en el cuerpo de 'berrocis' encargado de la seguridad de los dirigentes jel-tzales -Ortuzar se encargaba de proteger al lehendakari Leizaola- destacaba por su don de gentes, sus dotes de conversador y su carisma. «Ha llegado su hora, está donde no podía acabar no estando», resumen.
La facilidad para la negociación la adquirió en su etapa como jefe de prensa de Juan Ramón Guevara -consejero de Presidencia con el lehendakari José Antonio Ardanza, y encargado de negociar las transferencias con el Gobierno central-, a donde llegó tras su paso por 'Deia'. Su incorporación a la estructura de Lehendakaritza en el Gabinete de coalición PNV-PSE -al frente de la secretaría de Acción Exterior- le permitió seguir estrechando sus vínculos con el rostro más transversal del nacionalismo. Pese a sus convicciones lejos de ser moderadas -ha lucido, como muchos otros jeltzales, la pegatina de 'Goodbye Spain' en su solapa-, Ortuzar, será capaz, según los medios consultados, de adaptarse a lo que exijan las circunstancias, a la espera de la suerte que corra la arriesgada apuesta soberanista de Ibarretxe. Una gestión que reflejará la que ha firmado al frente de EiTB, donde según le reprochan algunos desde su propio partido, «ha dado demasiada cancha al mundo de Batasuna» -del que siempre ha estado muy distante-, además de potenciar al lehendakari frente a la labor de otros cargos institucionales. Con Iñaki Azkuna coincidió en los dos Gabinetes de Ardanza y mantienen, según medios cercanos al alcalde de Bilbao, una «buena relación», trabada, sobre todo, en tiempos más recientes, cuando ambos han «remado conjuntamente» para el traslado de la sede de EiTB a Bilbao.
Calificado como hombre «astuto», nadie duda de que Ortuzar sabrá manejar con destreza los resortes internos del partido, que conoce a la perfección, y alentar la coexistencia de las dos 'almas' jel-tzales sin forzar la máquina. No en vano, fue él quien recorrió los ba-tzokis vizcaínos hace ahora cuatro años para apuntalar la candidatura de Josu Jon Imaz al EBB, que los 'jobuvis' patrocinaron, convencidos de que todavía no había llegado su momento.
El momento es ahora. El salto de Ortuzar desde la trastienda a la primera línea política ha sido una consecuencia natural de la llegada de Urkullu a la presidencia del PNV y de su notable ascendiente entre las bases jeltzales, pero también de las circunstancias internas. Varias han sido las opciones que ha barajado el 'aparato' para presidir el BBB. Según fuentes peneuvistas, la «opción 'a'» de Urkullu era Asier Atutxa, uno de los hijos del ex consejero de Interior y hombre también de su círculo. No obstante, la vinculación de Atutxa a la empresa privada -un asunto con el que el PNV quiere ser extremadamente escrupuloso tras la convulsión que supusieron el 'caso Jauregi' y el fraude de la Hacienda de Irún-, ha aconsejado finalmente que sea Ortuzar quien ocupe el cargo. En cualquier caso, Atutxa disfruta ya de un peso importante en el PNV vizcaíno, en calidad de portavoz en la asamblea nacional, otro de los puntales en que se apoyará el presidente.
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