Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Lunes, 11 de junio 2018, 12:50
Puede que la de Bethesda sea una de las conferencias menores del E3, pero eso no quiere decir que esté falta de interés. Cada año se las apañan para meterse al público en el bolsillo, incluso por encima de otras compañías mucho más grandes ... como EA. Lo logran por un catálogo de franquicias de gran atractivo y un gran sentido del espectáculo, tanto en la feria angelina como en los meses previos: a base de trailers, anuncios y «filtraciones» cuidadosamente preparados, para cuando llega a su conferencia Bethesda ya tiene a la gente sentada al borde del asiento. Vamos a repasar lo que nos deparó su paso por el E3 2018.
El primer juego en subir al escenario fue Rage 2, anunciado a mediados de mayo tras una (supuesta) filtración inintencionada de un centro comercial americano. Desarrollado a cuatro manos entre Avalanche Studios e iD Software, fueron los primeros quienes mostraron un vídeo de gameplay de Rage 2. El vídeo confirmó las sensaciones que ofreció su primer tráiler: Rage 2 cambia el tono serio de la primera entrega por uno más gamberro, con más humor negro y una estética más extrema. Según vemos, en este mundo abierto (sin cortes ni pantallas de carga, como sí tenía el primer Rage) los vehículos y el combate sobre ruedas seguirán teniendo un gran protagonismo como marca distintiva de la saga. Se espera para la primavera de 2018 en PS4, Xbox One y PC.
Tras este arranque más movidito, Bethesda bajó el ritmo de la conferencia para presetnar las novedades del juego de cartas The Elder Scrolls Legends y del MMORPG The Elder Scrolls Online. Para este último llegarán dos nuevos DLC en 2018; recordemos que su anterior expansión salió la semana pasada.
La acción más frenética volvió a nuestras pantallas con el siguiente anuncio: Doom Eternal, la nueva entrega de la saga de disparos por excelencia. Tras la aplaudida entrega de 2016 que reinició la saga, el infierno vuelve a proyectar su sombra sobre la Tierra, y de nuevo el Doom Guy se pone la armadura y se arma hasta los dientes para pararles los pies (o volárselos si hace falta) a las hordas de demonios.
Prey no tuvo mucho éxito en ventas el año pasado, pero enamoró a la crítica con su jugabilidad emergente, su ritmo tenso y agobiante y su propuesta narrativa. Un juego de disparos y terror brillante que recibe ahora un DLC, Mooncrash, que nos lleva hasta la Luna y que está disponible desde ahora mismo. Y hablando de DLC, también habrá el correspondiente para Wolfenstein: nos llevará a París en los años 80, aunque en los 80 de esta ucronía de Machinegames en la que los nazis ganaron la II Guerra Mundial. En este nuevo capítulo, titulado Youngblood, nos pondremos en la piel de las hijas de William B.J. Blazkowicz, protagonista de la saga. Y por si fuera poco Wolfenstein, también se anunció su llegada la realidad virtual con Wolfenstein Cyberpilot. Estos dos capítulos se esperan para 2019.
Todo esto está muy bien, pero todo el público estaba esperando el plato fuerte del día: todo lo relativo a las líneas principales de las dos grandes sagas de Bethesda, Fallout y The Elder Scrolls. Skyrim ha sido adaptado a tantas plataformas que el asunto ya es una broma recurrente, hasta el punto de que la propia Bethesda se permitió un poco de humor al respecto «presentando» una supuesta adaptación para Amazon Alexa. Tras la broma, llegamos a la parte del león: Fallout 76. Para hablar de él subió a escena Todd Howard, productor ejecutivo de Bethesda Game Studios. Ahora ya sabemos que Fallout 76 aterrizará en consolas y ordenadores el próximo 14 de noviembre, aunque esta nueva entrega es un poco diferente de lo que nos tiene acostumbrados la franquicia. Un juego más casual, que el propio Howard describió como «softcore». Será un juego de supervivencia online con un fuerte componente cooperativo, construcción y gestión de bases y algo de crafting. También se anunció que Fallout Shelter, juego para móviles que supuso un inesperado éxito para Bethesda, se publica en PS4 y Nintendo Switch. Y hablando de móviles, también se anunció The Elder Scrolls: Blades, un RPG gratuito para móviles fuertemente inspirado en los clásicos de los 90.
Howard no se bajó del escenario en los compases finales de la conferencia, en los que realizó los mayores anuncios del día. Primero fue Starfield, una nueva IP de Bethesda (la primera en nada menos que 25 años: todas las demás novedades en esta época han sido adquiridas, no desarrolladas por ellos). Starfield es un juego ambientado en el espacio. El anuncio fue breve e inconcreto: un vídeo sin nada de jugabilidad ni mucha más información sobre el juego que su logotipo, y ninguna fecha a la que estar atentos.
Más o menos igual se anunció el anticipadísimo y esperado The Elder Scrolls VI. Hace ya siete años que Skyrim salió a la venta por primera vez (desde entonces ha sido adaptado a prácticamente todas las plataformas de juego del mercado). En ese tiempo las expectativas por la siguiente entrega han ido creciendo sin parar. El nuevo TES no llegará hasta, como muy pronto, 2019; por ahora no se sabe prácticamente nada de qué ofrecerá.
Con esto terminó la conferencia de Bethesda, que se diferenció de la de otros años en su falta de concreción. Hasta ahora Bethesda solía presentar juegos que estaban a apenas meses de sus lanzamientos; este año, salvo Rage 2 y Fallout 76, la mayoría de los platos fuertes son para un futuro indeterminado. Quizá algo desilusionante, pero por otra parte no es más que el proceder habitual de la mayoría de grandes firmas del E3.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.