«Tardo 15 segundos en descartar un currículum»

Por las manos de Esteban Vicente, director de ASV Consulting, pasan unos quinientos currículums «y solo tengo quince segundos para decidir si los leo o no», destacó. En su ponencia en el IV foro GAZTE Up decidió recrear una entrevista de trabajo con una alumna de la Universidad de Deusto, para enseñar a los asistentes cómo se debe actuar en una situación parecida. «El verdadero problema es que los candidatos no suelen preparar las entrevistas de trabajo».

El reclutador comenzó el cuestionario preguntando a la candidata, Yasmin Hamu, sobre sus capacidades e intereses en relación a un supuesto empleo en la OMS. «La rapidez y la precisión de la respuesta indica seguridad», alabó de la entrevistada. Continuó incidiendo sobre las competencias personales adquiridas en su experiencia laboral, entre ellas la capacidad de liderazgo. «Nunca tenemos que tener miedo a expresar una debilidad, porque cada una de ellas esconde una fortaleza». Otra de las claves es la sinceridad: «Nadie quiere trabajar con alguien en quien no se pueda confiar».

El perfil de Yasmin casaba perfectamente con el empleo ofertado. Además de contar con un grado en Medicina y otro en ADE, habla cinco idiomas. «Los entrevistadores incidimos sobre cada aspecto, pidiendo ejemplos específicos. Hay que demostrar las afirmaciones con hechos que los corroboren». Muchas veces, los jóvenes se muestran inseguros por su corta trayectoria profesional. «Entonces hay que buscar paralelismos en la vida cotidiana o de la universidad», aconsejó el experto.

Otro de los errores más comunes que cometen los candidatos es acudir a la entrevista sin haberse informado sobre la empresa. «El currículum tiene que estar enfocado al futuro, no al pasado. Hay que ser capaces de ver al candidato dentro de la empresa». Más que el trabajo, es fundamental comunicar los logros obtenidos: «Nos interesa el resultado», recalcó.

Una estrategia bastante utilizada es la de preguntar al candidato por su proyecto de futuro. En este punto, el experto asegura que «no se pide que adivine el futuro. Sino comprobar que se tiene un proyecto a largo plazo». Muchas empresas descartan candidatos por no tener claro el rumbo de su carrera profesional.

El conocimiento en las capacidades propias tiene gran valor para una empresa. «Los buenos profesionales conocen sus fortalezas y sus límites. Si un candidato duda es que aún está en construcción. No nos sentimos cómodos hablando bien de nosotros mismos, pero en un proceso de selección es necesario», apuntó Vicente. Debe haber también un interés por el trabajo que se desempeña. Los reclutadores trabajan para la empresa, pero también para el futuro trabajador. «Interesa que ambas partes estén contentas. Los empleados felices son mucho más productivos».