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Josu García
Sábado, 6 de enero 2018
Red Eléctrica está un poco más cerca de materializar el proyecto que prevé construir una línea de alta tensión entre las localidades de Güeñes e Itsaso (Gipuzkoa), al haber logrado el visto bueno del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital. El tendido, con una potencia de 400 kV, atravesará toda Bizkaia, de oeste a este, cruzando 17 municipios del territorio. La empresa promotora, que invertirá unos 60 millones de euros, espera obtener el último permiso que le falta en unos pocos meses. Las obras podrían comenzar tras el verano, según afirma su delegado en la zona norte, Antonio González-Urquijo.
La nueva infraestructura eléctrica está catalogada como estratégica y clave por parte de sus impulsores, aunque ha generado rechazo en varios de los pueblos que se verán afectados. La empresa asegura que la línea permitirá cerrar el mallado eléctrico del norte peninsular. Esto propiciaría que el fluido pueda viajar de manera «más eficiente» entre Galicia y el oeste de Aragón. «Aumentaría la seguridad y garantía en el suministro de Euskadi, sobre todo en Gipuzkoa», apunta González-Urquijo. Además, el ramal aportaría energía al Tren de Alta Velocidad (TAV), en su tránsito por el País Vasco. Habría tres 'pinchazos' con el sistema del TAV, dos de ellos se localizarían en Amorebieta y Hernani.
En este contexto, el tendido tendría también una especial relevancia ya que existe un plan para enterrar un cable submarino entre Gatika y Francia. La Güeñes-Itsaso permitiría canalizar con facilidad la electricidad hacia el país vecino o importarla desde allí.
La autorización administrativa que ahora se ha resuelto era un requisito imprescindible que llevaba atascado desde 2010 en los despachos del Gobierno central. En concreto, la compañía había presentado su solicitud el 21 de diciembre de aquel año. El pasado 29 de noviembre, casi siete años después de que el expediente comenzara su andadura, recibió finalmente el plácet de la Dirección General de Energía.
La construcción de la línea Güeñes-Itsaso es una iniciativa muy compleja en su tramitación. De hecho, la burocracia se lleva arrastrando desde hace casi una década, mientras que los trabajos para levantar las torres y colocar los cables es posible que se prolonguen algo menos de dos años. Para que las obras puedan arrancar, se tiene que resolver antes el último permiso. Se trata de la declaración de utilidad pública y la solicitud de inicio de las obras.
60 millones de euros. Es el presupuesto aproximado del proyecto. Red Eléctrica espera crear un impacto de 300 empleos durante la fase de construcción.
132 torres habrá que levantar para dar forma al tendido. Cada una de ellas tendrá entre 15 y 20 metros de altura.
2020 Es el horizonte que manejan los promotores. Para finales de ese año, el proyecto sería una realidad. Las fechas se concretarán de manera definitiva cuando se logre el último trámite: la declaración de utilidad pública y permiso de ejecución.
Red Eléctrica calcula que para principios del verano habrá ya una resolución definitiva. Después se abrirá un periodo de contactos con los ayuntamientos para ultimar los detalles de los trabajos. «Las obras no van a generar molestias durante mucho tiempo. Hay recelo porque abrir paso al TAV ha sido costoso, pero aquí pondremos torretas cada medio kilómetro y lo demás es tirar cable».
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