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La vasca Isabel Celaá, portavoz del Gobierno y ministra de Educación

La vasca Isabel Celaá, portavoz del Gobierno y ministra de Educación

La exconsejera socialista con Patxi López convirtió la búsqueda de la excelencia en el leitmotiv de su gestión política, tanto en el Gobierno vasco como en la oposición

Iván Orio

Miércoles, 6 de junio 2018, 11:31

Isabel Celaá (Bilbao, 1949) se ha convertido en la nueva portavoz del Gobierno de Pedro Sánchez y ministra de Educación. El presidente la ha reclutado para su equipo por su amplia experiencia en la gestión de políticas de enseñanza y por su profundo conocimiento de un mundo lleno de aristas y recovecos que conoce como nadie por su paso por el Gobierno vasco en diferentes fases y distintos cargos y por haber sido también una las principales voces de la oposición en Euskadi. Haber estado a ambos lados de la barrera le ha permitido aprender a escuchar y a negociar, todo ello sustentado en una oratoria brillante y en su capacidad para dejar a un lado la crispación de los debates cuando estos han terminado. Sus encontronazos con el exconsejero Inaxio Oliveri (EA) fueron constantes y sin embargo la relación entre ellos siempre fue, y es, extraordinaria.

La comunidad escolar coincide en que Celaá siempre ha pisado fuerte en su terreno por su dominio del área, su formación –es licenciada en Filología Inglesa, Filosofía y Derecho– y su experiencia laboral como catedrática de instituto. Fue viceconsejera con Fernando Buesa entre 1991 y 1995 y antes había dirigido el gabinete de José Ramón Recalde en el Departamento de Educación –tanto al atentado contra este último como el asesinato de Buesa la dejaron muy tocada–. Se ha curtido además en el Parlamento tras bregar con tres equipos de Eusko Alkartasuna (el citado Oliveri, Anjeles Iztueta y Tontxu Campos), a los que presionó con lupa de entomóloga, y está acostumbrada a 'pelearse' con los sindicatos. Es dura en la discusión, no pasa una al rival ni regala méritos. Pero nunca lo lleva al terreno personal, distingue cada escenario de sus intervenciones y sabe encajar las críticas sin mover una ceja.

Patxi López no dudó en llamarla cuando accedió a la Lehendakaritza en 2009. Le encargó la misión de dirigir el departamento con mayor presupuesto después del de Sanidad y fue una de las integrantes del Gabinete con mayor peso político. Acumula casi tres décadas en el PSE a pesar de que su vocación desde que era niña, cuando estudiaba en el colegio del Sagrado Corazón de Bilbao, ser profesora de inglés. Siempre hace gala de su especial vinculación con la cultura irlandesa, que iniciaron sus padres al enviarle los veranos a Belfast y Dublín –elegían esos destinos por ser 'zona católica'– para perfeccionar el idioma. Celaá, casada y con dos hijas, asume sin problemas su militancia de izquierdas con su condición de católica practicante.

Aseguran quienes fueron sus más estrechos colaboradores que la mayor preocupación de la nueva ministra, tanto en las clases, como en el Ejecutivo y en la oposición, es la búsqueda incesante de la «excelencia educativa» por parte de los equipos directivos, los claustros de profesores y, por supuesto, el alumnado. Es desde esa excelencia, en su opinión, desde la que debe sustentarse el progreso y también la justicia y la igualdad social. Fue su apuesta por la formación permanente la que le granjeó las simpatías de los círculos intelectuales, académicos y científicos y la que le mantiene siempre en lo que quienes la conocen bien denominan «estado de estudio». Desde el Ejecutivo autónomo promovió diferentes normativas e iniciativas, pero una de las más significativas fue la implantación del trilingüismo en las aulas, una medida que ahora se observa con naturalidad pero que en su momento despertó algunos recelos por el desembolso económico que suponía.

Y es que la enseñanza es un sector al que los cambios le generan cierto vértigo, una característica sin duda motivada por la cantidad de modificaciones legislativas que ha sufrido en los últimos años en función del signo político de los gobernantes. Isabel Celaá, a quien el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero también tuvo en cartera en las recomposiciones de su Gabinete, es una firme defensora de la escuela pública como herramienta fundamental «en la igualdad de oportunidades», pero interpreta que esa lucha por la equidad no debe ester reñida con la excelencia. Seguro que a la ministra le invadió la satisfacción hace unos días cuando conoció que la Universidad del País Vasco (UPV) figura ya entre las diez mejores instituciones académicas de España.

La actual consejera vasca de Educación, Cristina Uriarte, ya le ha felicitado por el nombramiento a través de un mensaje en Twitter:

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