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Ocurrió alrededor de las siete de la mañana de este sábado. Un turismo, en el que viajaban dos mujeres jóvenes, circulaba por la calle Ercilla de Bilbao. Al llegar a la intersección con la calle Mazarredo, en lugar de tomar la curva, el vehículo continuó en línea recta, pese a que se acababa la carretera, y, de forma involuntaria, comenzó a descender los cuatro tramos de escaleras situados junto a las torres de Isozaki y que conectan con el muelle de Uribitarte, hasta la plaza de la Convivencia, según informó un portavoz del Ayuntamiento bilbaíno. La hora contribuyó a reducir el riesgo de un atropello en un lugar muy transitado durante el día.
El descenso del coche se realizó a escasa velocidad, lo que hizo que ninguna de las dos ocupantes resultara herida. El utilitario tan sólo sufrió algunos daños en la parte trasera. Hasta el lugar se desplazaron efectivos de la Policía Municipal de Bilbao. Los agentes sometieron a la conductora a la prueba de alcoholemia y arrojó una tasa positiva. La mujer fue imputada por un delito contra la seguridad del tráfico.
Por otra parte, a mediodía se produjo otro accidente viario en la salida de la Supersur para tomar la A-8 en dirección hacia San Sebastian y Burgos. Un vehículo se salió de la calzada en este punto sobre las 12.10 horas. En el siniestro no se registraron heridos, según indicó un portavoz del Departamento de Seguridad. A causa de la salida de calzada, el carril izquierdo quedó cortado –los letreros luminosos de la Supersur informaban de la presencia de suelo deslizante–, lo que obligó también a los coches procedentes del puente de Miraflores a tomar un desvío alternativo señalizado por la Ertzaintza.
El incidente generó algunas retenciones, según Seguridad, que provocaron más de un sobresalto entre los automovilistas que se dirigían a Gipuzkoa o Álava para disfrutar de un sábado soleado. «A lo lejos vemos a la Ertzaintza desviando el tráfico. Eso, en esta autopista, es señal de que va para largo», explicaba Joseba Quintana, uno de los conductores retenidos, que viajaba con su familia a San Sebastián. «Lo raro es que no haya caravanas en una mañana de sábado si hace bueno», se lamentaba Rosa Fernández, una bilbaína de 50 años que se dirigía con su hija a Llodio. Al final, hubo suerte: para las 12.50 horas el vehículo fue retirado de la vía y el tráfico comenzó a normalizarse.
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