Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Itsaso Álvarez
Jueves, 11 de mayo 2017, 02:12
La muerte de Belén y José Amián, los dos jóvenes de 17 años que cayeron el martes al vacío desde una altura de nueve pisos, al parecer por la rotura de una pared lateral del ascensor acristalado en el que se hallaban -que arrastró ... con ella el suelo- en una vivienda del barrio de Salamanca, en Madrid, ha puesto el foco en la seguridad de esos aparatos. El siniestrado, según las informaciones de las que se dispone hasta ahora, había sido sometido a todas las revisiones que establece la legislación.
Las revisiones de los ascensores instalados en viviendas unifamiliares y en los elevadores con una velocidad no superior a 0,15 metros por segundo deben realizarse cada cuatro meses en Euskadi. En el resto, cada mes. Se considera que un aparato presenta exceso de averías cuando ha tenido más de diez en un año o quince si es industrial o público. Las empresas de mantenimiento deben llevar al día el llamado libro del ascensor, una especie de diario donde se anota cada uno de los defectos detectados. El Decreto 5/2014 del Departamento de Desarrollo Económico y Competitividad del Gobierno vasco establece de manera rigurosa el procedimiento para que los elevadores estén a punto y para la realización de las inspecciones periódicas.
Durante el examen de la instalación se comprueban, en primer lugar, el estado de las puertas de acceso al hueco y sus cerraduras. Se revisan las posibles holguras, deformaciones, oxidaciones y las mirillas o señales luminosas de presencia, así como los pulsadores que hay en cada piso. Después, hay que repasar el estado de conservación del receptáculo donde viaja el usuario. Se evalúan el alumbrado, los rótulos y placas, la botonera, la telealarma y la parada de emergencia. También los guardapiés y los espejos. Se limpia el techo y se comprueba el llamado sistema de paracaídas, que frena el elevador para evitar su caída libre.
Trabajo minucioso
En el hueco del ascensor, el servicio técnico debe vigilar la tensión de los cables, los amortiguadores, los fines de carrera dispositivos eléctricos, neumáticos y mecánicos situados en el foso y el estado general de las paredes. Y en el cuarto de máquinas hay que estudiar el acceso, la iluminación, el freno, la temperatura y la ventilación. Pueden detectarse posibles fugas de aceite e incluso ruidos anormales en el motor, que habría que solventar sin demora. En los ascensores sin cuarto de máquinas se repasan las zonas de trabajo en el techo, en el foso y fuera del hueco. Los defectos graves deben corregirse antes de seis meses desde el día de la inspección. De lo contrario, se abre un expediente sancionador.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.