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Formaciones calcáreas de extraordinaria belleza se despliegan bajo la superficie.
El pozo de gas de Álava atravesará la mayor reserva subterránea de agua de Euskadi

El pozo de gas de Álava atravesará la mayor reserva subterránea de agua de Euskadi

Un informe de la Diputación advierte de las precauciones a tomar a la hora de perforar ante el «nivel de riesgo» por la «porosidad» del terreno

josé domínguez

Lunes, 9 de enero 2017, 00:30

El Acuífero de las Calizas de Subijana «constituye la mayor reserva de agua subterránea del País Vasco». Tiene una capacidad estimada de 72,5 millones de metros cúbicos -el equivalente a 29.000 piscinas olímpicas- y, además de ser ya fuente de abastecimiento de varios municipios y polígonos industriales de la Llanada Alavesa, se ha erigido en «un recurso estratégico fundamental en caso de emergencia para el abastecimiento alternativo de la ciudad de Vitoria». Así lo considera la Diputación en el informe remitido el pasado 2 de diciembre al Ministerio de Medio Ambiente para trasladarle su opinión sobre el estudio de impacto ambiental del proyecto Armentia 2 para extraer gas en una parcela de la localidad de Subijana. El Gobierno vasco ya ha sacado a concurso el sondeo y la construcción del primer pozo de explotación por 27 millones de euros, ya que las previsiones hablan de que en el subsuelo habría suficientes hidrocarburos para abastecer a toda Euskadi los próximos 60 años. Y la institución foral remarca la necesidad de que se extremen al máximo todas las precauciones a la hora de ejecutar estos trabajos, ya que las perforaciones atravesarán «el techo y muro de dicho acuífero».

El Servicio de Sostenibilidad Ambiental de la Diputación califica el agua existente en el subsuelo de Subijana «de muy alta calidad para el abastecimiento» e insiste en la necesidad de «estudiar minuciosamente cualquier afección que pudiera producirse». Entre otras razones, porque el propio documento ambiental que analiza el Gobierno central antes de dar un visto bueno necesario para que pueda iniciarse la actuación reconoce «un cierto nivel de riesgo». En ese sentido, apunta a que la «porosidad y permeabilidad» del terreno y la existencia de «fracturas naturales subterráneas» podrían enturbiar los acuíferos por la penetración de lodos procedentes de las perforaciones. Además, la manipulación de estas formaciones rocosas corre el riesgo también de filtrar «fluidos» a estos depósitos naturales». Por último, los redactores del escrito remarcan que la parcela en la que se va a actuar está incluida en el borrador de suelos que han soportado actividades potencialmente contaminantes.

El informe foral incide también en pedir especial cuidado a la hora de habilitar una tubería de abastecimiento a la zona de explotación. El conducto tendrá 2,1 kilómetros de longitud y atravesará el río Zadorra y su entorno, calificado Zona de Especial Conservación. E incluso alerta que en el área habitan tres en peligro de extinción como son el visón europeo, la nutria y del pez zaparda.

Responsables de Berriztu, la plataforma creada por 22 colectivos para luchar contra la extracción de gas en Álava, coinciden con la Diputación en los riesgos del proyecto para el acuífero de Subijana, «que ya fue utilizado para abastecer a la capital en la sequía de 1989». De hecho, subrayan que ya entonces se habilitó toda la conducción, en condiciones de ser utilizada ante cualquier escasez de agua.

Proliferación de pozos

Esta nueva agrupación remarca, en la misma dirección, que el propio sistema planteado también suscita dudas sobre las garantías para mantener intacto el acuífero. «El gas no se encuentra en una gran bolsa sino que, como los estratos rocosos están dispuestos en capas, lo que hay realmente son pequeñas burbujas independientes entre sí, lo que obligará a ir buscándolas una a una con las perforaciones». Esto justificaría, a juicio de sus responsables, el modelo de «paraguas» elegido para habilitar el pozo: «Un tubo de hasta cinco kilómetros en vertical y diagonal, y en el tramo bajo otros cuatro tubos laterales de entre 200 metros y un kilómetro de longitud para abarcar más terreno». Este sistema, sin embargo, no impedirá en su opinión que proliferen «los pozos en la zona si se confirman las mejores expectativas -185.000 millones de metros cúbicos de gas-».

Berriztu asegura que, ante la complejidad que en su opinión entraña la extracción, el proyecto «no explica con detalle la técnica convencional que van a utilizar tras renunciar al fracking o fractura hidráulica». También considera que estas ambigüedades están detrás de la decisión del Gobierno central de cambiar el procedimiento que exige su Secretaría de Medio Ambiente para autorizar este proyecto. «Ahora es un sistema simplificado, lo que le permite aprobar el impacto ambiental sin más trámites, cuando el anterior, el ordinario, exigía un nuevo documento de declaración de impacto ambiental y abrir un periodo de información pública y de alegaciones en el que pudiese participara toda la ciudadanía», explican desde la agrupación.

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