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Isabel Ibáñez
Domingo, 26 de julio 2015, 00:46
Su cuerpo fue encontrado sin piel ni cabeza. Cecil era hasta el pasado 1 de julio la estrella de la reserva de Hwange, en Zimbaue, inmortalizado por miles de turistas. Un espectacular ejemplar de león de melena oscura de 13 años, el más grande de la región, líder de una manada compuesta por tres leonas y seis cachorros. Las autoridades han detenido a los dos acompañantes del cazador, que ya saben que es español y que debió pagar unos 50.000 euros por acabar con la vida de este hermoso animal, todo un icono de la vida salvaje en África.
Cecil murió por el disparo de una flecha y después fue rematado por un rifle. «Se trataba de una caza ilegal. Los atacantes no tenían licencia y estuvieron persiguiendo dos días al felino después de herirlo», contó ayer a varios medios españoles Johnny Rodrigues, director del equipo de Conservación de Zimbaue. «Tras más de cuarenta horas de caza acabaron con su vida de un disparo en las afueras de la reserva en la que vivía. Y se quedaron con su cabeza como trofeo», añadió.
La investigación sigue adelante con las evidencias que ya se tienen: engañaron al león y lo sacaron del parque, situado en medio de fincas privadas, colocándole un animal muerto como cebo para atraerlo. «Le dispararon por la noche con arco y flechas para no hacer ruido y estuvo desangrándose hasta que lo remataron con rifles. Podría considerarse una caza furtiva», explicó a EL CORREO el matrimonio formado por Luis y CJ Muñoz, de Chelui4lions, colaboradores de varias ong sudafricanas y españolas, y de la británica Born Free. A este desastre, añaden, hay que sumar el hecho de que el nuevo macho de la manada matará a los cachorros de Cecil para que las hembras estén dispuestas de nuevo a procrear. «¡Qué salvajada sólo para que una persona y sus amigotes se den el placer de matar a un animal salvaje!», lamentaron.
En un grupo cerrado de Facebook integrado por cazadores de Zimbaue se podía leer estos días esta conversación: «¿Quién ha disparado a Cecil?», preguntaba alguien al conocer la noticia. Uno de los miembros de la Asociación de Cazadores y Guías Profesionales de Zimbaue (ZPHGA), Graeme Jones, contestaba: «Theo Bronkhorst. Y fue una caza legal, con lo que puede sentirse orgulloso. Para aquellos que no han visto una foto del animal, es un magnífico ejemplar y estoy seguro de que el cliente estará feliz». «Bien dicho», terciaba otro miembro del grupo.
Sin embargo, en la siguiente y última entrada de la ZPHGA en esa página, fechada el jueves (día en que elcorreo.com desveló la noticia en España gracias a la ayuda de la ong Chelui4lions), anunciaba que la investigación seguía su curso y que habían expulsado «de manera indefinida» al cazador profesional a cargo del safari que mató a Cecil. «ZPHGA reitera que no tolerará la caza ilegal o prácticas poco éticas de ninguno de sus miembros o de su personal».
La empresa de Bronkhorst, quien ya no aparece en el listado de miembros de la web de la ZPHGA, se llama Bushman Safaris, una pequeña compañía familiar fundada en 1992. El que sí aparece en ese listado es su hijo Zane, que trabaja junto a él en el negocio, además de otro hermano y su madre, según consta en la web de la firma.
Destruyeron el collar GPS
A pesar de que hay cazadores que señalan que no se trata de una práctica ilegal, Beks Ndlovu, consejero delegado de African Bush Camps, grupo de empresas africanas dedicadas a los safaris, ha dejado claro en un comunicado que se opone radicalmente a que «cazar leones en cualquier área sea legal»: «Yo personalmente animo a los Parques Nacionales de Zimbaue a que acuerden con funcionarios del Gobierno detener la matanza de leones con efecto inmediato». Según publicó National Geographic, Cecil llevaba un collar GPS como parte de un estudio en marcha desde 1999 para la Universidad de Oxford. Querían medir el impacto que la caza deportiva en los alrededores de este parque tenía en su población de leones: en las áreas de safari que rodean el parque, los cazadores mataron al 72% de los adultos etiquetados. Sobre si la muerte de Cecil es legal o ilegal, el responsable de este proyecto, Andrew Loveridge, señaló a esta publicación «varias irregularidades», como que las autoridades no emitieran «ninguna cuota de caza de león en 2015» y el hecho de que el collar de seguimiento fuera destruido.
El hecho es que dos personas han sido detenidas y que en Zimbaue se sigue investigando bajo la presión de la opinión pública de todo el mundo, dada la dimensión que ha tomado la muerte del león más famoso de África.
Ahora están buscando la cabeza de Cecil entre los taxidermistas del país, aunque de momento no la han localizado; sospechan que fue sacada ilegalmente de Zimbaue. Chelui4lions ha escrito tanto «a las autoridades responsables de Cites (Convención Internacional sobre Comercio de Especies Amenazas) en España, como a la Unión Europea para que se les deniegue el permiso de importación a los que pretendan importar la cabeza». Desde comienzos de este año es necesario un permiso de importación para traer trofeos de caza a los países de la UE. «Antes no era necesario y los metían como enseres particulares. Hemos descubierto que entre 2007 y 2012, España estuvo a la cabeza de los países europeos, con diferencia, en la importación de trofeos de león desde Sudáfrica: según las licencias de exportación de este país, casi 450 cabezas.
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