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d. s. olabarri/ k. domínguez
Viernes, 7 de abril 2017, 02:00
Los ertzainas de la subcomisaría de Santurtzi recibieron este viernes una agradable sorpresa. Una persona se ha acercado para darles ánimos y llevarles unos pintxos tras lo ocurrido el jueves, cuando a uno de ellos se le impidió la entrada en un bar por ir «uniformado y portar armas».
Lo ocurrido fue como sigue. El agente decidió tomarse un café a la espera de la llegada de la Korrika a Santurtzi. Quería «hacer tiempo» para poder «animar» a los voluntarios que corrían a favor del euskera. Así que entró en el bar Beste Bat, ubicado en el centro de la localidad y justo en frente de la comisaría donde el ertzaina trabaja a diario. Eran las siete y media de la mañana de ayer. Y en vez de con un café rápido, la mañana se saldó con la apertura de un expediente por infracción de la Ley de Seguridad Ciudadana (LSC).
Cuando el policía cruzó el umbral de la puerta del bar, la persona que atendía la barra, se dirigió a él para advertirle que no era bienvenido en el local. «Tú no puedes entrar. Aquí no servimos a personas uniformadas y que lleven armas», le dijo, según explicaron ayer fuentes policiales. La primera reacción del agente fue de «incredulidad». Abandonó el establecimiento «con un disgusto tremendo» y sintiéndose «humillado», según sus propias palabras.
Cuando regresó a la comisaría -la de Santurtzi depende orgánicamente de Muskiz-, decidió consultar lo sucedido con la asesoría jurídica del Departamento de Seguridad, donde le confirmaron que podía iniciar un expediente según la LSC, más conocido como la ley mordaza. La infracción que imputan al local es una falta de respeto y consideración debida al ertzaina. Este tipo de sanciones pueden oscilar entre los 100 y 600 euros. El mismo agente fue el que regresó al establecimiento y comunicó al dueño que había sido denunciado por negarle una consumición. El hombre optó por no firmar la denuncia.
Primer incidente
El de ayer no es primer incidente que ocurre en el bar Beste Bat relacionado con la Policía vasca. Este local es reincidente en su negativa a servir una consumición a ertzainas. El pasado mes de agosto, la persona que atendía el negocio también decidió no permitir la entrada a un par de agentes que patrullaban por la zona esgrimiendo los mismos argumentos que ayer: iba uniformada y portaba su arma reglamentaria. En aquella ocasión, también le abrieron un expediente similar.
Antes que el Beste Bat, otros locales hosteleros también han protagonizado incidentes de este tipo con policías. En marzo de 2013, por ejemplo, el dueño de un bar de Bakio invitó a un par de agentes a que se fueran de su negocio porque, según declaró meses después en el juicio, la visión de un arma le producía un «nerviosismo que le impedía trabajar». Fue condenado a una multa de 150 euros como autor de una «clara falta de consideración y respeto» a los funcionarios. Y el pasado 7 de enero, la encargada de una cafetería en Markina se negó a servir un café a una pareja de policías porque en su local no se atiende a «personas que porten armas». Fue denunciada por una infracción de la ley mordaza.
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