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Hasier Arraiz, a las puertas del juzgado.
La condena de dos años a Arraiz por pertenecer a ETA le aparta de la primera línea política

La condena de dos años a Arraiz por pertenecer a ETA le aparta de la primera línea política

Debido al acuerdo con la Fiscalía por el que asumió los cargos que se le imputaban, el presidente de Sortu no entrará en prisión pero sí tendrá que dejar su escaño en el Parlamento vasco, opción que la izquierda abertzale tenía prevista

óscar b. de otálora

Martes, 17 de mayo 2016, 11:06

La sentencia de la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) por la que el presidente de Sortu, Hasier Arraiz, ha sido condenado a dos años de cárcel e inhabilitación especial supone su inminente desaparición de la primera línea política, una opción, no obstante, que Sortu ya barajaba y que se contemplaba en sus planes organizativos. La sentencia, en este sentido, forma parte del acuerdo alcanzado por el Fiscal Superior, Juan Calparsoro, y el abogado de la defensa, Iñigo Iruin, que ya había previsto que se dictase un fallo que no implicase el ingreso en prisión pero sí la inhabilitación, que obligará a Arraiz a abandonar su puesto en la Cámara vasca.

Dignidad y Justicia y la AVT no recurrirán

  • Dignidad y Justicia y la AVT han anunciado este martes que no recurrirán la sentencia. Ambas asociaciones han admitido la dificultad de que se pueda revocar la resolución judicial, después de que esta haya aplicado el artículo 579 bis 4 del Código Penal. Este dispone que «los jueces y tribunales, motivadamente, atendiendo a las circunstancias concretas, podrán imponer también la pena inferior en uno o dos grados a la señalada en este Capítulo para el delito de que se trate, cuando el hecho sea objetivamente de menor gravedad, atendidos el medio empleado o el resultado producido».

  • El presidente de Dignidad y Justicia, Daniel Portero, ha lamentado que «las tesis de la reducción de condenas se estén haciendo fuertes», después de que también nueve miembros de Ekin haya eludido este martes la prisión tras reconocer el daño causado.

  • En este sentido, ha afirmado que tiene «una sabor agridulce» porque, por una parte, los acusados reconocen los hechos «y lo que son», pero considera que las penas «son minúsculas para lo que es en sí el delito» de terrorismo.

El líder de Sortu fue juzgado el pasado 9 de mayo y, durante la vista oral, admitió la acusación de pertenencia a ETA por haber formado parte de la clandestina mesa nacional de Batasuna, asumió «el Estado de Derecho» y la renuncia a cualquier actividad relacionada con el uso de la violencia, además de comprometerse a «contribuir a la reparación de las víctimas del terrorismo».

Fiscalía y defensa suscribieron el acuerdo por el que se reclamaba que se impusiera al acusado una pena de dos años de cárcel e inhabilitación especial, lo que supondría que no ingresaría en prisión ni ostentará cargo público durante ese tiempo. Por su parte, las acusaciones populares, ejercidas por la AVT y Dignidad y Justicia, rechazaron adherirse al acuerdo y solicitaron diez años de cárcel. No obstante, el abogado de la AVT planteó, como alternativa, que se le condenara a cinco años de cárcel por dilaciones indebidas. El Tribunal, conformado por el presidente de la Sala Civil y Penal, Juan Luis Ibarra, y los magistrados Roberto Sáiz y Nekane Bolado, ha decidido, en su sentencia, condenar a dos años de cárcel al procesado.

Futuro de Arraiz

La vista oral se podría haber evitado, si las partes hubieran llegado a un acuerdo igual al que se aplicó en enero en la Audiencia Nacional a otros 35 dirigentes de la izquierda abertzale, detenidos junto a Arraiz en octubre de 2007 en la macrooperación desarrollada en Segura (Gipuzkoa) contra la dirección de la ilegalizada Batasuna, y que estaban acusados en el mismo sumario.

Con respecto al futuro de Arrazi, Sortu tiene previsto celebrar en julio un proceso para renovar su ejecutiva, un debate en el que la previsión es que se produzca una renovación de la dirección. Distintas fuentes de la izquierda abertzale han barajado la posibilidad de que el actual presidente pase a formar parte de los órganos internos, en los que se valora la capacidad de diálogo de Arraiz y su capacidad para haber tejido complicidades a raíz de su trabajo en Bildu, la coalición que une la izquierda abertzale con EA y Alternatiba. La condena y su inminente marcha, por otra parte, coincide con la salida de prisión de Arnaldo Otegi, el histórico dirigente de Batasuna en el que Sortu tiene puestas todas sus esperanzas de cara a las elecciones autonómicas de octubre.

Arraiz, vitoriano de 43 años, ha pasado por todos los organismos de la izquierda abertzale en las últimas décadas. Llegó a ser el responsable de Jarrai en Alava, donde formó parte de los movimientos antimilitaristas. Llegó a ser condenado a dos años de prisión por negarse a realizar el servicio, pena de la que fue indultado por el Consejo de Ministros. Se presentó en dos ocasiones en las listas de Euskal Herritarrok, sin ser elegido. Entre 1998 y 2006, tuvo un fuerte protagonismo en las estructuras internas de la coalición abertzale. En octubre de 2007 fue detenido en la localidad guipuzcoana de Segura, en la que se habían reunido la dirección de la entonces ilegalizada izquierda abertzale para recomponer su estructura. Estas gestiones son, precisamente, las que ahora han motivado su condena. En esa ocasión ya pasó dos años y medio en prisión preventivas por orden de la Audiencia Nacional.

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