Margallo afirma que la anulación de parte del Estatut fue «un agravio» a Cataluña

El ejercer como ministro en funciones no ha restado a José Manuel García-Margallo un ápice de la locuacidad que ha exhibido en sus cuatro años al frente de Exteriores. El jefe de la diplomacia es uno de los miembros del Gobierno que más se ha implicado ante el desafío secesionista en Cataluña, a veces para incomodidad de sus compañeros de gabinete y de partido. Este miércoles volvió a la carga y, en contra de la doctrina oficial del PP, definió como «un agravio no cuantificado» la sentencia del Tribunal Constitucional de 2010 que anuló varios artículos del Estatut. Esta decisión, adoptada a consecuencia de un recurso de su partido, fue la chispa que inflamó la deriva independentista en Cataluña.

Margallo se autoproclama como uno de los miembros del Gobierno que con más ahínco ha luchado contra el secesionismo. «Si no me hubiese ocupado yo, no se habría ocupado demasiada gente», afirmó durante una entrevista en Onda Cero. En su opinión, no se dio la importancia debida al proceso de ruptura iniciado desde la Generalitat en 2012 ni se calibraron los dolores de cabeza que podría dar. Prueba de ello, expuso Margallo, es lo poco que se ha debatido en las Cortes sobre el problema catalán.

El ministro en funciones defendió la labor de su departamento para defender la unidad de España en el exterior. Según valoró, «la batalla se juega fuera y mucho más ahora que (la Generalitat) ha creado un ministro de Exteriores cuya misión, casi única porque a las empresas catalanas ya las defendemos nosotros, es difundir la buena nueva de la ruptura del orden constitucional».

El jefe de la diplomacia apuntó que es bueno tender puentes y que el presidente del Gobierno reciba en la Moncloa al de la Generalitat. No obstante, Margallo se comprometió a mantener la pelea contra el independentismo, ya sea como miembro del Consejo de Ministros o «desde la última trinchera».

Por la tarde Margallo viajó a la ciudad francesa de Estrasburgo para intervenir ante la Asamblea del Consejo de Europa. Ante este organismo continental el ministro aseguró que en Cataluña «solo existen problemas puntuales».