Un cargo bajo sospecha

El juez que instruye el caso Palau, aún pendiente de juicio, sospecha que CDC se benefició con seis millones de euros del expolio perpetrado por Félix Millet y Jordi Muntull de la entidad cultural. Artur Mas ha afirmado en más de una ocasión que pone la mano en el fuego por Osácar, aunque no ha llegado a comprometerse a dimitir si el extesorero acaba siendo condenado en el caso Palau. Osácar sucedió en el cargo a Carles Torrent, también implicado en el caso Palau, aunque ya fallecido. Los tres últimos tesoreros de CDC, por tanto, se han visto implicados en casos de corrupción.

El último, Viloca, un alto cargo muy discreto, hasta el punto de que su foto no figura en la web de CDC, ni constan declaraciones públicas, llegó a Convergència procedente del Colegio de Médicos. Bajo su dirección, CDC está acometiendo una dura reducción de gastos y entre otras grandes operaciones, Viloca, que en el Colegio de Médicos estaba relacionado con el sector inmobiliario, ha culminado la venta de la sede central del partido, en la calle Córcega de Barcelona, a un grupo inversor de Hong Kong. El mismo inmueble que el juez del caso Palau tenía embargado y que tras su venta el magistrado decidió embargar 15 subsedes como aval en caso de que en el juicio del caso Palau se demuestre que la formación se benefició del expolio.