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Melchor Sáiz-Pardo
Viernes, 10 de julio 2015, 00:22
Whatsapp es la herramienta preferida de las redes del Estado Islámico en España para adoctrinar a jóvenes, sobre todo mujeres, y tratar de convencerlas de emigrar al califato o impulsarles a actuar en territorio nacional. Silvia C. C., la conversa detenida en Lanzarote el martes, tenía en su smartphone varios chats con adolescentes españolas, no todas musulmanas, a las que presionaba continuamente para que viajaran a Siria a casarse con muyahidines -convirtiéndose en esclavas sexuales- o para integrarse en la policía de la sharía, las brigadas femeninas que persiguen a mujeres que no cumplen las reglas yihadistas.
Esas cibercharlas de Whatsapp fueron una de las pruebas de cargo que usó ayer el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz para enviar Silvia C. C. a la cárcel por un delito de integración en organización terrorista. Mandos de los servicios de información explicaron que esos chat eran usados por la captadora como «puerta de atrás» para burlar los seguimientos policiales. En primera instancia, el reclutamiento de jóvenes lo hacía a través de redes sociales abiertas como facebook o twitter. Cuando la yihadista creía que el grado de radicalización de sus víctimas las hacía proclives a convertirse en posibles yihadistas pasaba al whatsapp, fuera de miradas indiscretas y mucho más difícil de controlar por las fuerzas de seguridad.
Esta forma de actuar no es nueva y no era idea de Silvia C.C, insisten los mandos de la investigación. La reclutadora española tenía contacto directo y recibía instrucciones muy concretas de dos terroristas muy influyentes dentro de la estructura del Daesh, Mohamed el- Amin, residente en Siria, e Ismael Noran, con quien mantenía intercambio regular de mensajes, los últimos aplaudiendo los atentados de Túnez, Lyon y Kuwait de junio.
Nueva vía de adoctrinamiento
Todos los indicios en poder de la Policía apuntan a que los responsables del califato que se ocupan de las redes de captación en España han dado órdenes a sus acólitos de basar su adoctrinamiento en whatsapp en detrimento de las redes sociales y los tradicionales foros de internet, que, al menos en España, el Daesh parece usar sólo para identificar a posibles víctimas.
De hecho, la operación del martes en Lanzarote es la tercera en apenas siete meses en España en la que la popular red de mensajería es la base del adoctrinamiento, tal y como recordaron responsables de la Comisaría General de Información. El pasado 16 de diciembre cayó una de las tramas más peligrosas de Europa para la captación de mujeres para la guerra santa. Los siete detenidos en Ceuta, Melilla, Barcelona y la localidad marroquí de Castillejos habían tejido una verdadera tela de araña en internet para reclutar a adolescentes y mujeres muy jóvenes. El primer contacto, como en el caso de Lanzarote, era a través de las redes sociales, particularmente en facebook. Luego venían los grupos privados de whatsapp, administrados por las captadoras. Allí, los sutiles mensajes de facebook se tornaban en verdaderas arengas y consignas invitando a las mujeres a pasar a la acción y a abandonar sus familias.
Un modus operandi idéntico al que usaban dos yihadistas detenidos el 12 de diciembre. Los dos marroquíes, residentes en la localidad barcelonesa de Cornellá del Llobregat, hacían un uso frenético de las redes sociales para hacer proselitismo del Daesh, pero el reclutamiento de posibles acólitos para integrarse en las filas del Estado Islámico era siempre por whatsapp.
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