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Nuria Vega
Viernes, 20 de marzo 2015, 13:53
Yo soy católico y practicante. Así ha comenzado Cristóbal Montoro su defensa del escrito de Hacienda en el que se resume el informe de la Agencia Tributaria sobre la fiscalidad del PP y en el que el Gobierno equipara las donaciones a los populares con ... las que recibe Cáritas. El ministro ha asegurado sentirse orgulloso de los 20 millones que los presupuestos destinan a esta organización y ha equiparado el tratamiento fiscal que la ley otorga a los partidos políticos y a las asociaciones sin ánimo de lucro.
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Tributariamente, los partidos son calificados como entidades de interés general, ha sostenido Montoro, que asegura que los fines sociales de unos y otros dan sentido a nuestro Estado de derecho y al sistema de libertades. Más allá de las comparaciones que se realizan con más o menos suerte, lo importante, a su entender, es comprobar que el dinero donado se dedica a los fines que justifican la existencia de las organizaciones políticas. En este sentido, ha insistido en que el caso Gürtel se investiga en los tribunales y ha aprovechado para pedir prudencia al PSOE, que plantea la reprobación del ministro por manipular a la Agencia Tributaria. Estamos en proceso judicial abierto y quiero ser enormemente cauto y me gustaría que los fueran todas las organizaciones, incluido el señor Pedro Sánchez, que está presente en la causa, ha concluido Montoro.
El ministro insiste, además, en que sobre la Agencia Tributaria no se dan instrucciones políticas, después de que la institución se negara inicialmente a remitir un nuevo informe al juez Pablo Ruz con el cálculo de lo que supuestamente debía haber pagado el PP en concepto de impuesto de sociedades por las donaciones ilegales presuntamente recibidas. ¿O es que alguien ha dado instrucciones?, se pregunta el titular de Hacienda.
Bufete
El ministro también se ha referido a las sospechas en torno a los contratos entre la Administración y Equipo Económico, el bufete que fundó Montoro en 2006 y que dejó en 2008. ¿Cómo quiere que explique nada de una empresa en la que no estoy?, ha respondido retórico. No existe la empresa Montoro desde al año 2008.
Los conflictos de intereses y la puerta giratoria están regulados por la ley, ha recordado, después de garantizar que abandonó sus ocupaciones en el bufete al volver al Congreso de los Diputados y decidir que eso no era compatible con nada. Entendí que mi dedicación tenía que ser completa, ha zanjado.
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