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SILVIA OSORIO
Martes, 28 de febrero 2017, 23:42
Es uno más del barrio, aunque sea un árbol. Vecinos y hosteleros de la calle Las Viñas, en Santurtzi, han cogido cariño a un ciruelo que lleva seis años plantado en una maceta municipal ubicada en la acera. Durante este tiempo, lo han regado, lo han podado y le han ofrecido todos los cuidados precisos. Sin embargo, una orden del servicio de Jardinería del Ayuntamiento marinero a punto ha estado de desahuciar a este frutal que ya «es uno más de la familia».
Así lo aseguraba ayer Carlos García, dueño del bar Botijo Rioja, situado al final de la calle, encargado de su rescate hace seis años. Entonces se encontraba casi moribundo a escasos metros de su establecimiento. «Entre unos amigos y yo aproximamos el tiesto al bar para cuidarlo. Una persona que sabe de jardinería lo poda, otra trae productos para que crezca, otro le echa el abono... Incluso hay quien lo quiere injertar para que le salgan ciruelas», explica.
El ejemplar, al que le cortan las ramas para que no moleste, luce ahora estupendo. Está preparado para que florezca, aunque no todo ha sido de color de rosa. El verano pasado sufrió una plaga de hormigas y a punto estuvo de recibir su acta de defunción. «Se comieron todas sus hojas, pero lo solucionamos», relata Yoli Díez, residente en uno de los portales cercanos.
Por eso, la visita hace unas semanas de la responsable de Jardinería informando al propietario del local sobre la retirada del árbol para plantar en su lugar flores, como en el resto de macetas municipales, cayó como un jarro de agua fría. «Habrá cosas más importantes que los Ayuntamientos tengan que atender», reflexionaba Joseba Zengotitabengoa, otro vecino. Los cuidadores y otros residentes se quedaron «apenados» por las intenciones del Consistorio, de manera que se pusieron manos a la obra para difundir la situación.
Un ejemplar famoso
Finalmente, la presión vecinal ha hecho ceder al equipo de Gobierno. Tal y como confirmaron fuentes municipales, el ciruelo continuará en su maceta, pero a su alrededor habrá flores de temporada que se plantarán en los próximos días. «Vinieron sin avisar. Estaban cambiando las jardineras, pero es una pena porque pocas de las plantas que ponen salen delante. El año que viene tendrán que colocar nuevas y aquí tenemos una bien cuidada», añade Yoli, quien asegura que ya es «una cuestión sentimental. Si me dices que es algo que está mal y hay que cambiarlo, perfecto. Pero algo que está bien...».
Ahora, además de querido, este árbol es famoso gracias a las redes sociales, donde los vecinos se explayaron para contar lo que estaba pasando, y a que algunos partidos políticos se hicieron eco del problema. De hecho, Sí Se Puede Santurtzi solicitó de manera formal que no lo retirasen de su maceta. Una historia que acaba con final feliz.
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