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S. OSORIO
Viernes, 18 de noviembre 2016, 00:01
Doce del mediodía. El trasiego de clientes cargados con bolsas inunda los mercados. Aunque no todos. La estampa del de Santa Eulalia, en el centro de Santurtzi, a esa hora es desoladora. En la primera planta, sólo sobreviven dos puestos y los clientes llegan con cuentagotas. «Cada año vamos a peor», lamenta Mari Carmen Fernández, propietaria de la cafetería y administradora. Ella resiste a duras penas, pero otros han tirado la toalla.
Los mercados de toda la vida están sufriendo las consecuencias de la crisis y de las nuevas tendencias de consumo. Los comerciantes de Santa Eulalia son conscientes de que recuperar la actividad frenética de años atrás es complicado, pero tratan de paliar la situación con nuevas fórmulas para atraer a los clientes. Y han encontrado alguna. Desde hace unas semanas, el mercado marinero cuenta con una zona infantil para facilitar la labor de los aitas que van a la compra con sus retoños. El rincón, que cuenta con mesitas y sillas, así como una gran variedad de juguetes, se ha ubicado en la planta baja, precisamente, delante de un puesto de venta de bacalao que cerró hace tiempo.
«Sobre todo es para ver si vienen jóvenes con críos. Hay que agarrarse a lo que sea», explica Fernández. Para incentivar las compras de cara a Navidad, la administración del establecimiento también prepara actividades hasta ahora nunca vistas. Por ello, están barajando la posibilidad de celebrar sesiones de cuentacuentos. «Las impartiría una chica que conocemos que se dedica a estas cosas, por lo que el coste sería cero. Están las ventas tan mal que no podemos sufragar muchos gastos».
Iniciativa municipal
Precisamente, por falta de dinero no se ha podido poner en marcha un ascensor. La instalación dispone de montacargas, y se quería habilitarlo para la clientela con problemas de movilidad, cochecitos de bebé... Sin embargo, en una reciente votación entre los propietarios de los puestos se descartó el proyecto por no contar con el presupuesto suficiente. Están asfixiados. «El elevador hubiera sido un punto fuerte. Los comerciantes de abajo queríamos que se pusiera, pero ganaron los que dijeron que no. La verdad es que nos está saliendo todo un poco mal».
En Santa Eulalia resisten once comerciantes, pero se prevé la marcha de dos. El último negocio en cerrar ha sido la única frutería que quedaba. Ha sido un nuevo golpe. Para tratar de amortiguarlo, el Ayuntamiento de Santurtzi trata de impulsar ahora su actividad económica con una campaña de promoción y apoyo a los mercados del municipio.
La iniciativa, que consiste en la edición de un total de 6.000 folletos explicativos con todos los puestos del mercado, arrancó en Kabiezes en mayo y ahora se ha hecho extensible al de Santa Eulalia. «El objetivo es poner en valor la calidad de sus puestos y productos, así como la relación de cercanía entre comerciantes y clientela», afirmó ayer el concejal de Promoción Económica, Joseba Ramos.
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