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óscar b. de otálora
Viernes, 18 de diciembre 2015, 13:40
El Gobierno danés, presidido por el liberal Lars Løkke Rasmussen, ha tomado una medida hasta ahora inédita con el fin de reducir la presión de la emigración en los países nórdicos, unos de los destinos favoritos de los millones de refugiados que permanecen en las fronteras griegas y turcas a la espera de pasar a Europa. El Ejecutivo se plantea confiscar las joyas u objetos de valor que lleven las personas que pidan asilo en su país para crear un fondo mediante la venta de esos materiales y utilizarlo para financiar las ayudas sociales que van a recibir si se asientan en Dinamarca. Aunque no se conoce el alcance económico de la propuesta, lo cierto es que introducirá más presión a la hora de desmotivar a los migrantes que tuvieran previsto acudir al país nórdico.
El actual presidente sustituyó en junio a la socialdemócrata Helle Thorning-Schmidt, quien dimitió tras perder las elecciones. Las urnas ofrecieron unos resultados en los que se verificó el aumento de las fuerzas de derecha, un ascenso directamente relacionado con las preocupaciones que crea en la sociedad danesa la avalancha de emigrantes. Muchas de las medidas que ha tomado el nuevo Gobierno tras su llegada al poder están directamente relacionado con la crisis en las fronteras. En septiembre, por ejemplo, publicó un anuncio en inglés y árabe en los principales periódicos libaneses en los que anunciaba el endurecimiento de las medias de asilo en Dinamarca y les alertaba de que las ayudas sociales se habían reducido en un 50%.
Valor sentimental
El argumento con el que se defiende la nueva propuesta gubernamental es que si los refugiados quieren recibir una asistencia social y sanitaria, deberán ayudar a financiarla. Si disponen de recursos, el Gobierno no está obligado a otorgarles ayudas y podrán vivir como refugiados, pero por sus propios medios. El Ejecutivo danés cifra en 3.000 coronas -400 euros- la cifra con la que pueden llegar los huidos y disponer de ella sin problemas. Si se acogen a las ayudas sociales, cualquier cuantía que supere esa cifra -tanto en metálico como en objetos de valor- será incautada.
La medida pretende que los funcionarios daneses tengan la potestad de registrar la ropa y el equipaje de los refugiados y confiscar aquellos objetos de valor que superen las cifras autorizadas. En la iniciativa legislativa se establece que, si los tuvieran, los huidos podrán quedarse con el teléfono móvil y con el ordenador personal, al entender que son objetos necesarios para la vida cotidiana. El plan tienen en cuenta que los refugiados pueden disponer de objetos de joyería que tengan un valor sentimental como un anillo de bodas. En ese caso, la iniciativa es clara. Si con el precio del objeto se supera la cuantía total de 400 euros que puede quedarse el refugiado será incautado.
Al presentar esta medida, el Ejecutivo danés ha introducido está justificación de su medida: «Europa recibe una elevado número de refugiados que introducen elementos de presión en todos los países. Un elevado número de personas que acudan en busca de asilo creará situaciones de tensión en la sociedad danesa y hará más difícil asegurar la integración de aquellos que vengan a Dinamarca. Por ello, el Gobierno ha decido endurecer las políticas de acogida».
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