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Imagen del casco de kevlar que llevaba un miembro de las fuerzas especiales y que fue alcanzado por los disparos del terrorista en el exterior de la discoteca.
El asesino, «frío y calmado» en las tres conversaciones que mantuvo con la Policía

El asesino, «frío y calmado» en las tres conversaciones que mantuvo con la Policía

El islamista Omar Mateen telefoneó a los servicios de emergencia tres veces, la última, cuando estaba parapetado con rehenes en los lavabos de la discoteca Pulse. En ese momento, las fuerzas de seguridad se convencieron de que iba a matar a los secuestrados y asaltaron con explosivos los baños

elcorreo.com

Lunes, 13 de junio 2016, 20:15

El autor de la masacre en la que 50 personas fallecieron tiroteadas en la discoteca Pulse de Orlando, Omar Mateen, habló en tres ocasiones con los servicios de emergencia, a los que telefoneó con su propio móvil, según ha revelado hoy el director del FBI, James Comey. Mateen realizó una primera llamada al 911 y colgó inmediatamente. Minutos más tarde volvió a telefonear y esta vez mantuvo una conversación breve. En la tercera llamada, el islamista se extendió aún más pero, según ha asegurado el mando policial, ofreció indicios a las fuerzas de seguridad de que tenía previsto llevar a cabo la ejecución de los rehenes, por lo que se aceleró el asalto a la discoteca que terminó con la vida del terrorista. En todo momento afirmó que actuaba en nombre del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés).

En el mismo sentido, el jefe de la Policía de Orlando, John Mina, ha asegurado que la tercera llamada fue determinante para ordenar el asalto a la discoteca. Según Mina, el terrorista se encerró en un baño de la sala de fiestas con cuatro o cinco rehenes y mantenía a otras once personas en otro de los servicios. Cuando los agentes percibieron que Mateen había decidido acabar con la vida de sus secuestrados y que los iba a tirotear «de forma inminente», según Mina, decidieron asaltar el local. Para ello, colocaron una carga explosiva en el exterior del establecimiento, en la zona que correspondía a la pared de los baños en la que estaba parapetado Mateen.

Según ha relatado el jefe de la Policía, la detonación no fue suficiente para abrir un agujero en la pared por el que los miembros de las fuerzas especiales (SWAT) pudieran acceder a los baños. En cuestión de segundos se decidió utilizar uno de los vehículos blindados de los policías para lanzarlo a toda velocidad contra el muro. Esta acción sí que permitió abrir un hueco en la pared. «Sabíamos que era la única cosa que podíamos hacer», indicó el jefe policial.

John Mina señaló que los rehenes salieron a la carrera por el agujero en el muro y que entre ellos se encontraba Omar Mateen. El terrorista abrió fuego con su rifle AR-15 y con una pistola del calibre 9 milímetros. Los SWAT respondieron con sus armas y alcanzaron a Mateen, que falleció por los disparos. El jefe de Policía de Orlando ha indicado que el único de los agentes que resultó herido fue un miembro de las fuerzas especiales que recibió un disparo en la cabeza, aunque el casco de kevlar que llevaba puesto evitó que resultara herido de gravedad y únicamente sufrió lesiones en un ojo. «He hablado con ese agente y está perfecto», aseguró John Mina.

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