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Dona un riñón a su jefa y la despide por no acudir al trabajo tras la intervención

Dona un riñón a su jefa y la despide por no acudir al trabajo tras la intervención

«Ella cogió mi regalo, lo puso en el suelo y lo pateó», se queja la trabajadora

elcorreo.com

Jueves, 5 de mayo 2016, 09:43

Muchas veces la realidad supera a la ficción. A lo mejor podría servir para un guión de una comedia, pero no tiene nada de gracioso lo que le ha ocurrido a Debbie Stevens, una neoyorkina que decidió donar un riñón a su jefa y, para su sorpresa y estupor, ésta la despidió por no acudir al trabajo tras la intervención.

Según ha publicado en el 'New York Post', A Jackie Brucia, una empresaria de Long Island, los médicos le diagnosticaron una grave enfermedad que requería un trasplante de riñón. Nada más saberlo, una de sus empleadas, Debbie Stevens, le aseguró que si quería ella se presentaría como potencial donante. Meses después, su jefa le preguntó si seguía en pie su oferta.

La trabajadora acudió al hospital, pero su superiora ya había encontrado otro después de que hubiera donado el suyo. Al final ningún órgano resultó válido para la enferma.

Debble necesitó varios días de recuperación por la intervención, por lo que tuvo que quedarse en casa. Sin embargo, enseguida recibió la llamada de su jefa. «¿Qué estás haciendo? ¿Por qué no estás en el trabajo? No se puede entrar y no salir cuando uno quiera. La gente va a pensar que te trato de forma especial», le espetó indignada.

Además, a continuación le sometió a una presión psicológica. Envió a la empleada a un concesionario situado a medio centenar de kilómetros de su domicilio, y, para más 'inri', en un barrio conflictivo. Está considerado un destino de castigo por los empleados de la compañía. Ante tales presiones, la empleada acudió a un psicólogo, que remitió una carta a la empresa. La respuesta fue el despido.

«Decidí convertirme en un donante de riñón para mi jefa, y ella se llevó mi corazón», lamenta Debbie Stevens, madre de dos hijos y divorciada. «Me siento muy traicionada. Esta ha sido una experiencia muy dolorosa y horrible para mí. Ella cogió mi regalo, lo puso en el suelo y lo pateó», agrega Sin embargo, no se arrepiente de su acto: «Salvé la vida de un hombre en Missouri», concluye en alusión al riñón que donó en el hospital y que finalmente no fue válido para su desagradecida jefa.

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