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OLATZ HERNÁNDEZ
Sábado, 21 de octubre 2017, 02:12
La consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia, defendió ayer la construcción del muro del Puerto de Bilbao en el Parlamento. «Es una infraestructura crítica, donde el tránsito de personas está prohibido. Hay que asegurar la seguridad de los trabajadores y las mercancías», explicó en respuesta a una interpelación de Elkarrekin Podemos en la sesión de control.
Tapia informó que se está abordando el problema en una comisión interinstitucional que engloba al Gobierno vasco, la Diputación, la autoridad portuaria, los ayuntamientos implicados, Cruz Roja y CEAR. «Queremos garantizar la seguridad, la dignidad y los derechos de todas las personas». Esta mesa de trabajo se centra en la coordinación, la asistencia humanitaria, la prevención, la seguridad y la convivencia con los polizones.
Asesoramiento
«La mesa se ha formado para que los diferentes agentes sepamos cuál es nuestro rol», explica Patricia Bárcena, directora de CEAR Euskadi. El papel de esta organización es informar a los inmigrantes de los servicios de protección internacional y de sus derechos. «A algunos les atendemos en las cercanías del puerto, otros vienen a nuestras oficinas», añade. A pesar de formar parte de la comisión, CEAR tiene una opinión muy formada sobre los muros: «No son una solución. Solo dificultan la ruta y hacen más peligroso el camino».
Cruz Roja, que también forma parte de la mesa, cuenta desde hace años con un convenio para prestar la atención sociosanitaria en el Puerto de Bilbao. «Hemos tenido tres reuniones para ver cómo abordar el problema», reconoce Manuel Calvo, coordinador de Cruz Roja en Bizkaia. Su labor consiste en comprobar la salud de los polizones, en su mayoría «lesiones leves como rozaduras o algún tobillo torcido».
Entre enero y septiembre se han localizado 1.885 inmigrantes en las instalaciones francas, cuatro veces más que en todo 2016. Ante esta situación, la Autoridad Portuaria comprobó que las barreras existentes -verja y vallas- no eran «lo suficientemente eficaces», por lo que decidió construir un muro de cuatro metro de altura. La pared de hormigón refuerza la seguridad en los accesos al ferry de Inglaterra.
Por su parte, la parlamentaria de Elkarrekin Podemos Tinixara Guanche declaró que la edificación es una prueba de que «el espíritu de Donald Trump está en el Puerto de Bilbao. Algo que simbólicamente nos aleja de los derechos humanos».
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