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Vecinas del barrio de Axpe achican agua de una de las viviendas afectadas por la tormenta. Luis Calabor

Tromba de agua sobre Bizkaia: se ceba con el valle de Atxondo y obliga a cortar la N-636

El colegio, las piscinas y la casa consistorial se vieron afectados, al igual que viviendas de Axpe y Apatamonasterio

N. CAYADO | y. rUIZ

Domingo, 3 de junio 2018

«Nos caía agua por todas partes. No había visto nada igual en lo que llevo viviendo aquí», relataba hecha un manojo de nervios Milagros Arana desde el exterior de su vivienda ubicada en el barrio de Axpe, en el valle de Atxondo. Este enclave del Duranguesado se llevó la peor parte de la tormenta que se desencadenó ayer por la tarde en la provincia, y que también castigó a Álava y Gipuzkoa. Varias viviendas y garajes de la localidad se vieron obligados a achicar el agua y a retirar piedras y barro. El colegio, la casa consistorial y las piscinas también sufrieron las consecuencias, según reconocía el alcalde, David Cobos.

Euskalmet había activado el aviso amarillo por precipitaciones intensas de 12.00 a 21.00 horas, pero en esta comarca para la seis de la tarde lo peor había pasado, aseguró el mandatario. Una hora después se procedía a abrir al tráfico la N-636, que tuvo que ser cortada en el kilómetro 40, entre Abadiño y Elorrio, por una gran balsa de agua debido al desbordamiento del río. Los Bomberos registraron 13 salidas, pese a recibir hasta 17 avisos, para achicar agua en varias viviendas, siete de ellas en Atxondo. El resto correspondió a Orozko, Abadiño y Artea. Además se produjeron desprendimientos en las carreteras BI-3313, entre Arrazola y Axpe; y BI-4332, de Atxondo a Arrazola.

La clave

  • 13 salidas registraron ayer por la tarde los bomberos para achicar agua. Atxondo se situó a la cabeza con siete de ellas.

La vivienda de Milagros Arana se encuentra detrás de la iglesia de Axpe y a escasos metros del reconocido restaurante Etxebarri, que no se vio afectado por la incesante lluvia que comenzó a caer sobre las 14.30 horas. «Ha sido cuestión de minutos, pero de repente bajaban tres ríos inmensos desde los montes», detallaba atemorizada. La fuerza del agua arrastró su vehículo, que acabó estampándose contra el muro que bordea su hogar. Ante el desolador panorama, lamentaban que «nadie ha venido a ayudarnos. No sabemos qué hacer ni a quién acudir».

A unos kilómetros de distancia, en pleno centro de Apatamonasterio, se llevaban la peor parte. El colegio, ubicado en una ladera, fue uno de los más afectados. El agua y las piedras arrastradas desde el monte, algunas de gran tamaño, fueron a desembocar en el centro educativo, donde el gimnasio sufrió destrozos. «Menos mal que las madres y los padres se han movilizado para colaborar en la limpieza», aseguraba su directora, Itxaso Egidazu. A su lado, un grupo de vecinas y sus hijos no paraban de sacar baldes de barro. Pero hoy «habrá clase seguro, aunque el patio y el gimnasio no podrán utilizarse hasta que terminemos las labores de limpieza», detalló Egidazu.

Imagen. La gran balsa de agua en Atxondo ha obligado a cortar la carretera.

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Imagen. La gran balsa de agua en Atxondo ha obligado a cortar la carretera. LUIS CALABOR

Monte de arcilla

El agua también anegó varios garajes situados en viviendas de la calle José Antonio Agirre y en las de la carretera hacia Arrazola, según informó David Cobos. Los residentes se encargaron de achicar el agua «con fregonas», añadió el regidor de Atxondo. Y es que, tal y como reconocían Lupi y María, fueron los vecinos quienes se volcaron en las tareas de limpieza.

Los agentes de la Ertzaintza tuvieron que intervenir para liberar dos vehículos que se habían quedado atascados en el cruce de Axpe. Muy cerca de este punto se encuentran las piscinas descubiertas de la localidad, que no se libraron de la tromba. «Ha entrado agua y barro en la sala de máquinas. Veremos de qué forma ha incidido en los filtros, ya que se estaban preparando las instalaciones para su próxima apertura», indicó Cobos.

El alcalde de Atxondo hizo hincapié en que el problema que generó el agua, principalmente en el centro de Apatamonasterio, volvió a tener su origen en «la zona del depósito». «Se trata de un monte de arcilla que desliza todo por los caminos y las pistas». Cobos recordaba que «desde que era un crío» ha sido testigo de varias inundaciones de este tipo, la última de ellas «hace once años».

Los vecinos tratan de achicar agua en Atxondo. LUIS CALABOR

Momento en el que un rayo aparece en el cielo de Bilbao. JOSU (@TESQUIERO)

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