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La Fiscalía ha enviado a los dos menores presuntamente implicados en el homicidio de Ibon Urrengoetxea, 'Urren', a dos centros especializados, según indican fuentes cercanas al caso. El más joven, de 13 años e inimputable por ley, ha sido derivado a un centro de protección ... tras asumir la tutela la Diputación de Bizkaia y retirársela a sus padres, mientras que el mayor, de 16 años, ingresará como medida cautelar en el centro de menores de Zumarraga, especializado en casos graves, según ha podido saber este periódico.
La Ertzaintza tenía identificados a los dos desde hace días. El menor, que no puede ser detenido ni imputado por tener menos de 14 años, fue localizado el pasado viernes, mientras que el otro, empujado por la presión policial, se presentó este lunes en el juzgado de guardia acompañado por sus padres y un abogado. Ambos habían sido citados este martes en la Fiscalía de menores, adonde llegaron con la cara tapada y custodiados por la Policía autonómica.
Los testigos y las grabaciones de las cámaras de videovigilancia de la zona les implican en la muerte del exfutbolista zornotzarra de 43 años. Según la investigación, ambos siguieron a la víctima cuando iba a coger un taxi para regresar a su casa, en Amorebieta, y le abordaron en la calle Navarra con la intención de robarle. El deportista se resistió y los dos agresores le zaranderaron y empujaron tirándole al suelo, donde se golpeó en la cabeza. Según el informe preliminar de la autopsia, el hombre murió por la fractura craneal provocada al impactar contra el pavimento. Después, huyeron dejándole herido de muerte.
Aunque en un primer momento se manejaron diversas hipótesis, no parece que los jóvenes pateasen a la víctima cuando estaba en el suelo. De hecho, se asustaron al ver al exfutbolista inerte sobre el asfalto y se fueron corriendo con su cartera. No se percataron de que en otro de los bolsillos llevaba más de 100 euros. Otro testigo informó a los agentes del Servicio de Investigación Criminal de Bizkaia que vio a unos jóvenes corriendo hacia el Casco Viejo mientras uno le decía al otro: «¿Qué has hecho? Le has matado».
Los supuestos asaltantes trataron entonces de pasar desapercibidos. El chico de 13 años se cortó el pelo y se puso un gorro. Pero los ertzainas comenzaron un rastreo que permitió identificarle poco después. De nacionalidad española, proviene de una familia desestructurada. El padre es un viejo conocido de la Ertzaintza por haber cumplido diversas condenas.
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