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Manu Alvarez
Lunes, 15 de febrero 2016, 02:08
Parecía una OPA fulgurante y no lo ha sido. En otros momentos se dio a entender que era una negociación que ya estaba muy madura y a la que solo era necesario ponerle la guinda. A mediados de la pasada semana, incluso, muchos la dieron por cerrada. Y lo cierto es que dentro de Gamesa prácticamente toda la plantilla da por hecho que habrá matrimonio con Siemens. Pero lo cierto es que quince días después de anunciarse «la existencia de conversaciones», todo el mundo anda despistado. El mercado bursátil, el primero. ¿Habrá boda entre Siemens y Gamesa?
Fue el pasado 29 de enero cuando un medio de comunicación desvelaba que la multinacional Siemens había contratado los servicios del Deutsche Bank para hacerse con el control de Gamesa. El efecto inmediato fue un subidón bursátil, que colocó los títulos de Gamesa por encima de los 17 euros, porque el mercado interpretó que aquello iba en serio y que la multinacional alemana estaría obligada a pagar una prima interesante para seducir a los accionistas de la firma vasca. Lo cierto es que ya desde el primer momento Gamesa no engañó a nadie y trasmitió que la filtración se había producido «demasiado pronto», cuando las conversaciones estaban aún en una fase «muy inicial», poco más que una exploración, y que había que tomarse las cosas con cierta calma. Quizá sea esto lo que justifique que hayan pasado tantos días desde que se hizo público el interés por este 'matrimonio' sin que existan señales claras sobre la firma de un principio de acuerdo o de un «ahí te quedas».
El martes de la pasada semana se extendió el rumor de que todo estaba visto para sentencia, lo que provocó un nuevo «recalentón» del valor de Gamesa en Bolsa, después de haber experimentado una ligera caída en las jornadas precedentes. En parte porque se alejaba ya entonces la idea de que todo esto se iba a sustanciar en una OPA y también porque muchos gestores de patrimonios están aconsejando a sus clientes cerrar la posición. El recorrido de la acción ha sido extraordinariamente bueno en los dos últimos años y se justifica una recogida de beneficios para colocar la ficha de la apuesta en otro sitio.
El hueco que deja la información rigurosa se llena siempre de rumores, de ahí que circulan a docenas en torno a las dificultades que tiene en este momento esa negociación entre Siemens y Gamesa para convertirse en acuerdo. Parece claro que la propuesta es hacer una fusión, de tal forma que sería Gamesa la que absorbería los activos eólicos de Siemens mediante una ampliación de capital. Dado que la totalidad de las nuevas acciones iría a manos de Siemens y que la firma alemana tendría en torno al 60% de las acciones de la sociedad resultante, la Comisión Nacional del Mercado de Valores tiene mucho que decir aquí. Y, apuntan algunas fuentes, sería en este punto en el que está atascada la operación ya que la CNVM tendría que aceptar que el interés industrial de la operación exime al socio mayoritario -en este caso Siemens- de lanzar una OPA. En los últimos tiempos se ha extendido la tesis de que la CNMV -que quizá esté considerando el asunto en formato consulta previa- es especialmente lenta en sus movimientos. Incluso en los que tienen carácter de mera consulta.
Mientras tanto, las instituciones vascas repiten un mensaje que se han aprendido de carrerilla. Si la compañía mantiene en Euskadi su sede social, su actividad industrial, el control del I+D -que en realidad Gamesa tiene en Navarra- y se compromete a mantener a los proveedores y ejercer como empresa tractora, el hipotético matrimonio recibirá las bendiciones del Gobierno vasco y también de la Diputación de Bizkaia.
La semana que ahora comienza puede ser decisiva en este asunto.
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