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JUAN PABLO MARTÍN
Viernes, 31 de marzo 2017, 16:20
Hubo bastantes años de sequía, pero la afición vizcaína se está acostumbrando a contar con un representante en la final del Parejas. Mikel Larunbe disputa el 9 de abril el choque decisivo en el frontón Bizkaia. Junto a Bengoetxea VI se mide a los guipuzcoanos Irribarria y Rezusta. El zaguero de Galdakao es el cuarto representante del territorio que se ha ganado vivir el choque cumbre del campeonato más largo, algo que está al alcance de contados pelotaris.
En su primera participación ha llegado a lo más alto en el torneo más igualado de la historia, lo que añade un mayor mérito a su logro. Ha crecido como pelotari, y con 24 años tiene delante el mayor reto de su carrera hasta el momento.
Ha seguido el camino que hace cuatro años volvió a abrir Pablo Berasaluze. El delantero de Berriz hizo soñar a los aficionados con un título, que por entonces estaban demasiado caros. En compañía de Albisu accedió al choque decisivo para enfrentarse a Irujo y Zabaleta. La suerte, sin embargo, le dio la espalda. Todavía se recuerda su rotura del tendón de Aquiles cuando el choque daba sus primeros pasos (6-4), que dejó al frontón congelado y al delantero con una baja de larga duración de la que le costó recuperarse.
La esperanza se mantuvo en 2016 con Andoni Aretxabaleta. En su primera participación, el markinarra también superó con nota las dos fases anteriores y, con Olaizola II, jugó el duelo cumbre contra Irujo y Barriola. Tampoco pudo ser (22-13). Las txapelas se fueron para Navarra y permitieron al zaguero de Leitza entrar en la historia de la pelota como poseedor de los tres títulos oficiales.
Un único título
Berasaluze II realizó su última tentativa hace un par de años. Esta vez estuvo acompañado por Zubieta y se midió a Bengoetxea VI y Untoria. Tampoco hubo celebración. El de Berriz no pudo disfrutar del partido a pesar de su experiencia porque todavía tenía fresco lo ocurrido en el mismo escenario en su anterior cita con la gloria. El navarro y el riojano, sustituto de Aretxabaleta que le cedió su plaza, mostraron estar en un punto demasiado dulce (22-7).
No fue hasta la temporada pasada cuando se sumó un título en esta modalidad. Para buscar el anterior habría que remontarse hasta 1980 con García Ariño IV. Fue Mikel Urrutikoetxea el que le tomó el relevo en el escalafón más alto. Y lo hizo jugando en la zaga, una posición que no era la suya. Con el de Goizueta en los cuadros alegres se impusieron a Irujo y Rezusta, en otra final que no pudo completarse porque el delantero de Ibero se rompió un dedo. Este título también permitió al de Zaratamo conquistar el triplete.
Mikel Larunbe es la siguiente esperanza vizcaína, en una época en la que los guipuzcoanos han comenzado a reclamar el protagonismo con insistencia. Galdakao está ante la segunda oportunidad después de que Oier Zearra lo intentara sin éxito hace once años.
ANDONI ARETXABALETA (2014)
De las cuatro tentativas anteriores, sólo Mikel Urrutikoetxea logró calarse la txapela
PABLO BERASALUZE (2013 Y 2015)
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