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J. Gómez Peña
Viernes, 19 de agosto 2016, 04:53
Usain Bolt ha sido siempre un atleta de los 200 metros. En cambio, no buscó el dominio en los 100. El récord vino a buscarme a mí, declaró tras la final de los Juegos de Pekín 2008. Acababa de colgarse el oro en una carrera ... que sólo había disputado en cinco ocasiones. Desde entonces ha corrido solo. Más alto que sus rivales, más fuerte y más veloz. Inalcanzable para el resto durante tres citas olímpicas. Bolt es el atleta perfecto.
Genética
Jamaica, una estrecha isla del Caribe pisada por Cristóbal Colón en 1494, apenas tiene 2,8 millones de habitantes. En su árbol genealógico hay sangre india y, sobre todo, de esclavos africanos hartos de la tortura en los campos de ázucar. Cuentan que las guerrillas contra el colonialismo inglés eran temidas por su rapidez. Correr para sobrevivir. Genética fugitiva.
Estrella escolar
Con nueve años se entretenía con el críquet, su deporte preferido, frente a rivales de 12. Cuando jugaban a las carreras ganaba como ahora, con una sonrisa. Y en aquellas primeros campeonatos escolares, el cronometro le descubrió: tardó 50 segundos en dar la vuelta a la pista, 400 metros sobre hierba. Un fogonazo de talento.
Escoliosis
Bolt, que pesó 4,3 kilos al nacer, era un niño hiperactivo y mal hecho. Tenía una pierna 1,5 centímetros más corta. La escoliosis le torcía la espalda. Ese defecto de serie le ha perjudicado siempre y le ha hecho vulnerable a las lesiones. Pero con gimnasio y la ayuda del médico alemán Muller-Wohlfarhrt ha saltado esa valla.
Mentalidad
Desconcertante. Los velocistas son tipos agresivos, de mirada turbia, de ojos inyectados en rabia. Su vida se resume en una explosión violenta de diez segundos. Un puñetazo. Bolt cambió eso: metió la fiesta en el estadios. Ritmo de reggae. Se ganó al público con sus gestos. También en eso es único.
Altura
Hasta Bolt, la velocidad era cosa de atletas hipermusculado y de talla media. Compactos. Ideales para la arrancada. El jamaicano mide 1,96 metros y pesa 83 kilos. Sus piernas son más largas, pero mantiene la misma frecuencia de zancada y apenas cede centésimas en las salidas.
Musculatura
Puro equilibrio. Un maniquí perfecto. Posee potencia y elasticidad en las piernas. Sus poderosos hombros le ayudan a coger vuelo. Y con sus tremendos brazos logra mantener la postura hasta el final sin caer en la crispación.
Pies eléctricos
Los velocistas necesitan muelles. Más que correr, Bolt vuela. Sus pies apenas están en contacto con la pista. Ese breve espacio de tiempo le basta para tomar impulso. Calza un 47.
La curva
Si su dominio en los 100 metros le vino sin darse cuenta, para ser el rey de los 200 necesitó años de trabajo, especialmente para domar las inercias de la curva, que ocupa la mitad de la prueba. Repasó vídeos de los mejores especialistas y pidió consejo a su compatriota Don Quarrie, campeón olímpico en Montreal 1976.
Glen Mills
En 2005, lesionado, Bolt recurrió a Glen Mills, el gurú de la velocidad jamaicana. Con él y con el médico alemán, dio con la manera de mitigar los efectos de la escoliosis. Y ya en 2006 fue tercero en un torneo en Lausana con 19.88. Dos años después ganó los tres oros de la velocidad en los Juegos de Pekín (100, 200 y 4x100), una Luna que no había pisado nadie. Lo repitió en Londres 2012. Y está a punto de firmar su tercer triplete en Río.
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