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Rodrigo Errasti Mendiguren
Lunes, 7 de septiembre 2015, 18:57
Iker Casillas transmite una imagen de calma. Por primera vez en muchos meses se le ve realmente tranquilo e ilusionado. Su aspecto, más allá de los cuatro kilos perdidos desde que está a las órdenes de Julen Lopetegui en Oporto, se le nota «feliz», como ... él mismo recuerda. No parece una pose como sucedía desde 2013, cuando sus presencias ante la prensa era sinónimo de molestia ante las posibles preguntas. Sabía que a cualquier respuesta se le podría sacar un doble sentido. En Oviedo, tras el partido, pasó por la zona mixta con calma y se le escapó una perla hacia Gerard Piqué después de varios minutos mandando mensajes de apoyo por los pitos recibidos. «Trataremos de corregir algún defecto que tenga Piqué», soltó en medio de ese discurso en el que solicitaba a todas las partes poner de su parte.
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Quizá por ello, para aclarar dudas, el capitán de la selección se presentó junto a su amigo Sergio Ramos en el National Arena Filip II de Skopje. Los dos capitanes a la vez. «Hemos hablado con él, lo hemos dicho varias veces. A nadie le gustan los pitos y que a un compañero le silben. Esperamos que la gente vaya olvidando este tema y que de alguna manera se llegue a una posible solución. Todos queremos lo mejor para la selección. Si Piqué se pone esta camiseta es porque quiere estar con España. Todos representamos a este país, queremos el bien común y hacerlo lo mejor posible», resaltó el portero.
Iker definió «su nuevo reto» en Portugal en el que ha «encontrado lo que necesitaba fuera de España. Tengo una nueva ilusión». No ocultó que presentarse como portero del equipo luso «es una sensación diferente, después de muchos años en mi anterior equipo» pero reiteró que es una «nueva cita con la selección, conseguir el objetivo y clasificarse para Francia. Intentar ayudar lo máximo posible», dijo antes de mostrarse «agradecido».
En esa línea dijo estar «contento por llegar a tantos partidos con la selección. Jugar aquí era un sueño y cada día que pasa me planteo que puede ser el último ya que, además de las lesiones, si no va bien en el equipo puede que no tengas opciones de venir. Por el momento también me han respetado las lesiones, por lo que estamos felices de representar a España de este modo. He tenido mucha suerte por ser capitán 100 veces y ojalá vengan muchas más».
El mostoleño, que cumplió 100 encuentros como capitán en Asturias, podría repetir en el once porque Del Bosque duda si dar la titularidad a De Gea tras varias semanas sin jugar, solo entrenando con el Manchester United. Suma 440 minutos sin encajar, aún está lejos de su récord de 715, ya que el último tanto que recibió fue en Zilina, donde erró en los dos goles eslovacos. En Oviedo reconoció que tuvo «muy buenas sensaciones» al defender a un equipo «fiel a nuestro estilo y al juego que nos gusta». Se sonrió cuando se lo recordaron. «Anda, anda...», dijo a la carrera. Y es que, ahora que es un 'dragon', no quiere volver a ser un 'santo'.
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