"No ha sido tan duro"

Después de 3.500 kilómetros haciendo autoestop, ya están en casa. Los gerundenses Beatriz de la Torre (32 años) y Ángel Segura (36) han demostrado que entre cuñados puede haber mucha química. Ellos la tienen, aunque también han mostrado sus más y sus menos. El lunes se convirtieron en los ganadores de la quinta edición de Pekín Express y regresaron a casa con 49.000 euros de premio, después de un intenso periplo que les ha llevado a recorrer Birmania, Malasia y Singanpur.

El concurso se estrenaba en Antena 3 después de emitirse en Cuatro los años anteriores y ha supuesto el debut como presentadora de Cristina Pedroche. No ha ido mal en la nueva cadena y ha mantenido 2.004.000 espectadores y un 13,6% de share.

Entre los que lo han visto desde casa, los propios cuñados, que guardaron el secreto del triunfo a los suyos. «Ángel tuvo que esconder todos los amuletos que fuimos ganando en una caja fuerte para hacerle creer a mi hermana Patricia que no habíamos ganado Pekín Express. ¡No se lo contamos a nadie! El lunes vimos la final con 200 personas, entre amigos, familia y seguidores nuestros. Todo el mundo estaba esperando que ganaran las canarias», explicó ayer una feliz (y más relajada) Bea.

La rivalidad entre ellos y las amigas canarias María del Amor y Yareli ha sido uno de los alicientes de esta edición. El punto fuerte de Ángel y Bea era el dominio del inglés de ella y el potente físico de él, bombero de profesión. Pero sus competidoras en la final fueron siempre un hueso duro de roer por incansables. «Nos llevamos genial con las dos y, en general, con todos los concursantes menos con los gemelos, pero de eso ya se habló en el programa. Las canarias para mí también son ganadoras, unas chicas que han luchado como leonas hasta el último momento», confiesa Bea, maestra de profesión.

"Mi hermana se lo tomó bien"

Su condición de ganadores no les ha librado, sin embargo, de las críticas en las redes sociales. Desde los tacos que decían hasta su dificultad para encarar una multiplicación o una división en una de las pruebas de la final. «La gente puede ser bastante mala, pero a mí los comentarios negativos me dan igual. ¡Ni los leo! Me quedo con lo positivo, con lo que he vivido. Es muy fácil criticar desde casa este programa, con lo duro que es. Yo tenía una torcedura de tobillo y cuando estás así es más fácil que se te crispen los nervios», justifica la cuñada.

Sin embargo, a Ángel siempre se le vio más tranquilo, cargando a veces con las dos mochilas. «En general, y sin querer alardear de nada, creo que no ha sido duro. Quizás lo que peor he llevado ha sido la incertidumbre de no saber qué va a pasar, me gusta tenerlo todo controlado y aquí era imposible». Y se queda tan ancho.

Pero si hay una pregunta que se han formulado casi todos los espectadores de esta edición de Pekín Express es si a la hermana de Bea -y mujer de Ángel- no le ha importado que ambos se fueran de aventura y la dejaran sola. Bea se ríe y da fe de que no. «Se lo tomó muy bien, la verdad. Yo ya me había presentado al casting cuando el programa se emitía en Cuatro, y cuando vimos los anuncios en Antena 3 me apunté con mi cuñado. Él no quería ir porque es antitele. ¡Un bombero y una profe tenían que ganar!».