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Tomás Sarasola levanta el décimo con el número premiado rodeado de clientes de su bar. LUIS ÁNGEL GÓMEZ
«Cerraré tres días, pero tengo claro que no voy a retirarme»

«Cerraré tres días, pero tengo claro que no voy a retirarme»

Tomás Sarasola es el propietario del bar Ziortza, que ha vendido 133 décimos y repartido 26,6 millones entre sus clientes y vecinos

Terry Basterra / Olatz Hernández / Teresa abajo

Domingo, 7 de enero 2018, 01:10

Tomás Sarasola ‘Tomi’ le ha cambiado la vida a Arangoiti, el barrio en el que vive desde hace 35 años. Allí regenta el bar Ziortza, que ha vendido 133 décimos del primer premio del Niño. Sus vecinos no paraban ayer de vitorearle y darle las gracias. Él no acababa de creerse lo que estaba ocurriendo. El día empezó para este trabajador impenitente como tantos otros. Levantó a las 9.30 horas la persiana del negocio al que puso el nombre de su hija mayor. Preparó los pintxos mientras aguardaba a que comenzasen a rodar los bombos. Conectó la televisión con la misma ilusión de los niños del colegio de San Ildefonso desplazados a Ávila para el sorteo.

Como si fuera uno de ellos, «empecé a cantar el número ya desde el principio». El 05685 es una cifra que se sabe de memoria. «Quería un número fijo y me lo ofreció un amigo cuando cerró la fábrica en la que trabajaba. Era al que jugaban ellos y ahora lo hacemos nosotros todas las semanas y los sorteos importantes desde hace diecinueve años», explicaba. Hasta ahora no habían ‘rascado’ ningún premio importante. «Alguna pedrea y poco más». Pero todo cambió ayer. Cuando oyó a los niños cantar su número, ‘Tomi’ no se lo creía. Le había tocado. A él y cientos de sus clientes, porque muchos de estos 133 décimos que vendió son compartidos. En total llevó al barrio 26,6 millones.

Salió de detrás de la barra, cerró el bar y se puso a festejarlo con sus vecinos y amigos. Empapado por la lluvia y temblando de la emoción, a Sarasola le costaba ayer tener los pies en el suelo. Estaba en una nube y la gente no paraban de abrazarle y de corear su nombre. Él es el responsable de llenar este barrio de a alegría. «Lo que más feliz me hace es que el dinero está muy repartido por todo el barrio de Arangoiti», reconocía.

Natural de Otxarkoaga, Sarasola se desplazó hace tres décadas y media a vivir al barrio de su mujer donde es uno más. Comenzó a trabajar con 14 años en el sector de la hostelería y en él sigue. Pasó primero por varios establecimientos de Pozas hasta que hace dos décadas abrió el bar que lleva el nombre de su hija mayor (tiene otro más pequeño llamado Aner), un local que se caracteriza por su ambiente familiar. También «porque los domingos ponen unas rabas y unas puntillas de pulpo rebozadas que están buenísimas», garantizaban ayer varios de sus clientes habituales. Su buen hacer con los champiñones es también reconocido en el barrio.

Sus vecinos describen a ‘Tomi’ como un hombre «honesto, trabajador y humano, es muy buena gente». Levanta la persiana todos los días a las nueve y media de la mañana y no se marcha las once de la noche como pronto. El negocio lo lleva él, aunque su mujer Marián Fernández acude a ayudarle cuando su trabajo se lo permite, al igual que sus hijos.

En Arangoiti hay una pequeña colonia de gente llegada de Monterrubio de la Serena. De allí era el padre de Marián, que trabajó muchos años en el ascensor de Arangoiti. A este pueblo de Badajoz acuden todos los meses de agosto a pasar su mes de vacaciones. Por el día realiza de grandes paseos y a las noches frecuentan las terrazas de los bares y restaurantes de este pueblo. Disfruta de la hostelería desde el otro lado.

Ayer Tomás Sarasola y su familia no tenían todavía claro qué iban a hacer con el premio de los décimos que tenían. «Por el momento voy a cerrar el bar durante 3 ó 4 días para pensar en todo lo que nos ha pasado. Pero lo que tengo seguro es que voy a seguir con el negocio. No pienso retirarme», recalcaba. Su cuadrilla de amigos les acompañó a él y a su mujer a la administración de Deusto y comentaban que «siempre hablábamos de irnos de viaje juntos a Lanzarote. Qué mejor momento que este para hacerlo».

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