El Camino se apea del caballo en Bilbao

900 kilómetros, 20 días y dos caballos. Esta era la hoja de ruta de los dos jinetes asturianos que el pasado sábado emprendieron su marcha desde Irún para completar el Camino del Norte hacia Santiago de Compostela. Sin embargo, sus planes se han visto alterados tras encontrarse con la negativa del Consistorio al solicitar permiso para acceder a la villa bilbaína a lomos de sus animales y en estos momentos buscan una ruta alternativa por los alrededores de la ciudad.

«Si Bilbao quiere ser una ciudad peregrina tendrá que recibir a los peregrinos», reclama Benjamín Rodríguez tras verse obligado a reorganizar su ruta en las inmediaciones de Lezama y a partir con horas de retraso. Días antes de abandonar Las Caldas, a 9 kilómetros de Oviedo, había planificado minuciosamente el viaje que ahora realiza junto a su hija Jennifer, de 18 años. Se pusieron en contacto con los Ayuntamientos de los lugares que formaban parte de su recorrido conscientes de que no alertar de su presencia podría generar problemas de circulación.

Aseguran que realizaron la misma consulta al Consistorio bilbaíno y que nadie les puso «ningún impedimento» para completar el itinerario programado. Confiados en que no habría ningún problema y provistos de una tienda de campaña, esterillas, ropa, herraduras y pienso, la semana pasada atravesaron Irún y San Sebastián con la intención de completar 50 kilómetros al día. Pero mientras que en la capital guipuzcoana fueron escoltados por la Guardia Municipal, esta mañana el Departamento de Circulación y Transportes del Ayuntamiento de Bilbao les ha denegado el permiso para atravesar la ciudad desde la calle Zabalbide hasta la carretera de Basurtu-Kastrexana.

«No queremos perdernos»

Tras pasar la noche en los alrededores de Larrabetzu, los Rodríguez han llamado al Consistorio a primera hora de la mañana para asegurarse de que podían adentrarse en la ciudad. Ha sido entonces cuando se les ha comunicado la prohibición y les han propuesto tomar el sendero de Gran Recorrido (GR) del Anillo Verde, que rodea Bilbao por los montes Artxanda, Avril, Arnotegi, Pagasarri y Arraiz, como alternativa. Según han explicado fuentes municipales, la decisión viene motivada por el Reglamento de Circulación, que indica que estos animales «sólo podrán pasar por las vías de circulación si no existe un itinerario practicable por la vía pecuaria».

Pero la solución no convence a los Rodríguez, quienes ven alargado su viaje de 32 etapas y temen perderse por los bosques vizcaínos. «Nos hablaron de un GR circular que no conocemos sin decirnos su número, dónde empieza o dónde termina», denuncia la familia. Desde el Ayuntamiento afirman haberles facilitado un plano, pero ellos critican que sólo han descubierto que se trata de la ruta 228 gracias a los vecinos de Lezama, quienes les han proporcionado acceso a Internet. «Hicimos muchísimos Caminos, incluso pasamos por Mérida, y nunca tuvimos un problema como este», lamentan padre e hija seis días después de dar comienzo al primero que realizan a caballo.

Llegada la tarde han tratado de acercarse al Anillo para avanzar hacia Cantabria, pero han tenido dificultades para encontrarlo y han optado por pasear por vías cercanas a la capital. Aunque reclaman su «derecho a completar el Camino ya sea a pie, a caballo o en bicicleta», no quieren ocasionar «ningún tipo de molestia a la ciudad ni protagonizar un rescate», por lo que han terminado desoyendo la recomendación del Ayuntamiento y han tomado una ruta intermedia. «Tenemos que seguir adelante y no vamos a estar dándole vueltas a un círculo», explica Benjamín. Tras acercarse a la Basílica de Begoña a las 18.00 horas, padre e hija han avanzado por Zabalbide, el puente de San Antón y Miribilla. Lejos de multarles, los agentes municipales les han abierto paso hasta el albergue de Altamira.