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leire pérez
Domingo, 27 de diciembre 2015, 02:18
La iglesia de San Esteban de Etxebarri se ha quedado muda. Estas navidades no se oyen villancicos ni en sus paredes resuenan las voces armónicas de los dos coros que antaño amenizaban misas, bodas y bautizos, pero que también deleitaban a los vecinos con sus actuaciones. Es de las pocas parroquias vizcaínas donde se han desterrado los eventos musicales.
La prohibición se remonta a 2013, cuando accedió a la parroquia un nuevo responsable, aunque fue tomando forma poco a poco. En los últimos años, los coros han lamentado y criticado la decisión, pero no han movido ficha de forma externa para cambiar la situación. Hasta ahora. Doneztebe Abesbatza y Etxebarri Behekoa -el coro de los jubilados- han iniciado una recogida de firmas por establecimientos y comercios de la localidad, que entregarán en enero al vicario de la diócesis de Bilbao -persona encargada de ayudar al obispo en la organización de las iglesias-, para que se reconduzca la situación. «Únicamente queremos que se nos permita cantar. Nada más», explican. No entienden qué motiva la decisión de prohibirles interpretar canciones. «En todos los templos de Bizkaia actúan coros», recuerdan.
Según aseguran desde las formaciones corales, están «deseosos» de que la parroquia más emblemática de la localidad vuelva a recuperar sus años de esplendor. Hoy se puede escuchar algún que otro concierto en la iglesia de San Antonio -en el barrio de arriba-, pero no es lo mismo. Carece de buena calidad acústica.
Fair Saturday
En la última edición de los Conciertos de Primavera tuvieron que acudir a iglesias de Basauri y Bilbao para mostrar su repertorio. Además, se encuentran con el inconveniente de no poder invitar a otras corales de la provincia a que actúen en el municipio. No tienen un lugar que cederles. Los residentes no alcanzan a comprender por qué tienen que asistir a otras localidades para ver a sus propios vecinos, y por qué se les impide de paso disfrutar de otras agrupaciones de calidad, que podrían acercarse a Etxebarri si no existiese la prohibición. Incluso, exponen, el Fair Saturday, un evento solidario que se organizó de forma simultánea en varias localidades y con diversas actuaciones, tuvo que celebrarse en el frontón municipal ante la negativa parroquial. Tampoco entienden por qué las bodas no pueden incluir toques armónicos. Hasta la negativa, los grupos amenizaban más de medio centenar de casamientos al año. En las agrupaciones corales recuerdan que son «aficionados», que no es una actividad «lucrativa» y que supone una «riqueza cultural» para la localidad.
Los etxebarritarras no comprenden cómo una institución que antaño «protegió la música», ahora le da la espalda. Y añaden un dato más: fue el propio responsable de la parroquia hasta hace tres años, un hombre que se ha apartado de la actividad religiosa por problemas de salud al superar los 80 años y que está en la Residencia de la Misericordia de Bilbao, el que fundó el coro Doneztebe. Consultado por el asunto, el actual cura prefiere no entrar en la polémica y asegura que «les he dado en varias ocasiones y a los dos coros las explicaciones pertinentes de por qué no pueden cantar».
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