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«Exponencial». «Desproporcionado». «Exagerado». Son algunos de los adjetivos que utilizó este viernes el alcalde, Gorka Urtaran, para describir el incremento de las sanciones registrado en Vitoria por la ‘huelga de celo’ de la Policía Local, que ha provocado una evidente indignación ciudadana y que ... podría tener consecuencias para algunos agentes. El alcalde justificó su demora a la hora de valorar los hechos -diez días después de que empezara la avalancha de denuncias- por la necesidad de recabar «información contrastada» sobre una protesta que los sindicatos «niegan cuando hablan con nosotros», algo lógico porque ese método de presión sería ilícito en una guardia urbana. Y después de esas indagaciones, su conclusión fue clara. Desde el 31 de octubre las sanciones se han multiplicado por seis, pasando de «unas 200 a 1.200». Tras ello, agregó que «si se demuestra que esta reivindicación está acompañada de alguna medida ilícita o abusiva, esto va a tener consecuencias», en referencia a la posible apertura de expedientes disciplinarios.
Urtaran reiteró que su equipo «puede entender» las reivindicaciones laborales de la plantilla de Aguirrelanda y que sigue «dispuesto a negociar», pero añadió que «no le temblará el pulso» a la hora de tomar medidas en vista de lo que apuntan algunos datos. Según reveló, «alguno» de los agentes ha pasado de poner «de una a cinco denuncias en un mes a ochenta en una semana», lo que supone un incremento «desproporcionado» de las multas. Y sin decirlo directamente, admitió que el Ayuntamiento está investigando a los agentes que más desenfundan el talonario, algo factible teniendo en cuenta que en cada sanción aparece el número de placa y se puede comparar, por ejemplo, cuántas multas firmaba un agente antes y después de la huelga. «Tenemos identificadas a las personas y habrá que explicar qué ocurre aquí», soltó.
Urtaran dijo que el Gobierno PNV-PSE «no puede entender» la razón por la que los portavoces de los policías aplazaron la reunión prevista para intentar negociar una solución al lunes, mientras el Cuerpo sigue denunciando en la calle algunas conductas que antes se toleraban. Además, dio por hecho que el Ayuntamiento «estará obligado» a tramitar esas denuncias, aunque el síndico reiteró ayer que existen vías legales para no hacerlo.
El regidor resumió en tres las reivindicaciones policiales. La primera, la falta de personal; la segunda, la mejora de las condiciones salariales; y la tercera, las cuestiones internas de calendario (como los días de permiso). Respecto a la primera cuestión, Urtaran dijo que su Gobierno ha llevado a cabo esta legislatura una OPE y que convocará otra a finales de este año o principios de 2018. Respecto a la segunda, dijo que los salarios de la plantilla subieron un 1% en 2016, otro tanto en 2017 y que en 2018 se elevarán otro 1,5%. «Las exigencias de incremento de plantilla y de retribuciones no tienen recorrido porque aplicamos lo máximo permitido por ley», enfatizó. En cuanto a la tercera cuestión, la de los calendarios, «ya hemos dicho que estamos dispuestos a negociar», subrayó.
1.200 multas han puesto los agentes, aproximadamente, desde el inicio de la ‘huelga de celo’ el 31 de octubre. En este tiempo, lo habitual era que hubiera unas 200.
80 denuncias ha llegado a poner un agente en una semana, según reveló ayer Urtaran. Ese mismo uniformado firmaba antes de la ‘huelga de celo’ entre una y cinco multas al mes. Esto podría tener «consecuencias», advirtió.
Agentes consultados por este periódico indicaron que estas declaraciones provocaron un intenso malestar en Aguirrelanda, dado que algunos agentes se sintieron «coaccionados y amenazados» por el máximo responsable político del cuerpo.
Urtaran también aprovechó su comparecencia de los viernes para responder a las reiteradas críticas del PP, un partido al que acusó de «no hacer nada» por mejorar las condiciones de la Policía Local durante la legislatura pasada. «Lo mejor que pueden hacer es estar callados, porque su gestión fue penosa. Eso es algo que reconocen los propios miembros de los sindicatos», dijo. De inmediato, la portavoz popular, Leticia Comerón, salió al paso para exigirle «que lidere» la negociación con los sindicatos y «deje de echar gasolina al fuego». Para la edil conservadora, las palabras de Urtaran fueron «una falta de respeto» a las reivindicaciones de los policías, que durante el gobierno del PP «nunca hicieron un plante». «No puede amenazar ahora con tomar represalias contra los agentes».
Tanto en su reunión del miércoles con el concejal socialista Carlos Zapatero, como a preguntas de este medio, los sindicatos más representativos de la Policía Local siempre han negado la ‘huelga de celo’. Lo contrario podría abrir la puerta al inicio de expedientes internos. Y lo mismo para los agentes más ‘activos’. En todo caso, estas centrales y el resto que componen el comité municipal, sí estan haciendo de intermediarios con el gobierno local. El lunes tratarán de buscar un acuerdo.
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