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Un Alvia, el sucedáneo de la alta velocidad, en la estación de Vitoria.
AVE Burgos-Vitoria, 2.200 millones para conectar Euskadi y Madrid

AVE Burgos-Vitoria, 2.200 millones para conectar Euskadi y Madrid

La llegada del AVE a Vitoria, vía Burgos, aún se ve lejana, pero cambiará la forma de desplazarse de los alaveses hacia la meseta, con un tiempo de viaje en tren de apenas dos horas y media

Aitor Alonso

Jueves, 17 de diciembre 2015, 01:50

Lo que se ha dado en llamar TAV, la conexión de las tres capitales vascas mediante vías de alta velocidad, será muy importante para resolver las necesidades de movilidad de los vitorianos respecto a Bilbao y San Sebastián (y viceversa), ciudades que intercambian a diario miles de viajeros por motivos laborales, académicos o de ocio. Pero en nada notarán los alaveses la llegada del TAV si lo que necesitan es desplazarse a Madrid. Para estos es vital el avance de la conexión de alta velocidad ferroviaria entre Vitoria y Burgos, porque con ella se podrá decir, lo mismo que han dicho ya otras capitales españolas, que el AVE llega a la capital alavesa.

El Ministerio de Fomento ha aprobado ya su propuesta provisional de trazado y lo ha sacado a exposición pública (en el BOE de ayer), un proceso que supone dar un paso más en un proyecto que dormía desde 2009 el sueño de los justos. Con este avance administrativo, todavía muy lejos de la fase de obras, ya se sabe que el AVE pasará por cuatro municipios alaveses antes de llegar a la calle Dato (Ribera Baja, Armiñón, Iruña de Oka y Vitoria; además de por los dos del Condado de Treviño) y que el coste de las obras de los 90 kilómetros de raíles se elevarán a unos 2.143 millones de euros. Ahora, los ayuntamientos y particulares afectados podrán efectuar alegaciones al trazado, que será revisado si es necesario y aprobado de nuevo, antes de sacar a licitación la redacción de los proyectos de cada uno de los quince subtramos en los que se ha dividido. Un largo proceso administrativo que durará años, afirman las fuentes consultadas, pero que, al menos, ha empezado.

Con cada avance de la alta velocidad hacia el norte (primero hasta Segovia y Valladolid; recientemente hasta Venta de Baños) se ha ido limando el tiempo de viaje de los trenes que cubren la ruta entre Euskadi y Madrid. La duración de los Alvia (el sucedáneo de la alta velocidad, trenes capaces de circular por las vías rápidas y lentas) ronda ya las cuatro horas, aunque los que efectúan menos paradas, como el que sale de la capital alavesa hacia las 6.45 horas de la mañana, cubren el trayecto en 3 horas y 45 minutos.

¿Cuál será el escenario futuro? Cuando se complete la obra de la alta velocidad hasta Burgos (2016, seguramente), se volverán a limar unos minutos al reloj. Puede que hasta cuarenta, según algunas optimistas previsiones como las que aireó el propio presidente de la empresa pública Adif, propietaria de las infraestructuras ferrovirias, Gonzalo Ferre, hace ahora un año, cuando expuso el catálogo de obras de alta velocidad abiertas en España y su repercusión en los tiempos de viaje. Desde Vitoria, señaló, el trayecto hasta Madrid rondaría las tres horas justas, tras circular hasta Burgos por vías convencionales y desde ahí por las rápidas hasta Chamartín.

La aprobación reciente por parte del Gobierno del proyecto de trazado de la conexión Burgos-Vitoria, la que resta, y la más retrasada, para completar todo el eje Madrid-frontera francesa, supone por tanto un paso más en la consecución de una línea de alta velocidad que provocará grandes cambios en los hábitos de movilidad de los alaveses. De entrada, porque se puede suponer que el tiempo final de viaje entre Vitoria y Madrid cuando todo el trayecto se haga sobre raíles de alta velocidad se aproxime a las dos horas y media, que es lo que tardan ahora los trenes directos en las rutas Madrid-Sevilla o Madrid-Barcelona, ambas con más kilómetros que la conexión entre Euskadi y la capital de España. Y porque con ta tiempo de viaje, el tren puede convertirse en actor imbatible en la movilidad hacia la meseta. Se tardará menos que en coche particular y, gracias a la conexión centro de ciudad-centro de ciudad (de la calle Dato al paseo de la Castellana), será también imbatible respecto al avión, salvo que mucho cambien las cosas en materia de vuelos regulares a la capital de España desde Foronda. Para el viajero profesional, el trayecto Vitoria-Loiu-Barajas-Madrid puede dejar de tener sentido si el operador, Renfe, acierta con la política de horarios y precios. Pero eso, todavía, el fiársela muy a futuro.

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